

La vivienda donde el papa León XIV pasó su infancia fue puesta a subasta por 250.000 dólares. Se trata de una casa modesta situada en Dolton, un barrio de clase trabajadora en las afueras de Chicago, que ha suscitado un interés global tras el ascenso del cardenal Prevost al pontificado.
La subasta se llevó a cabo en un momento de especial simbolismo, contrastando con el estilo austero de su antecesor, el papa Francisco. La venta estuvo abierta hasta el 18 de junio.
¿Cómo la casa del papa se transformó en un objeto de deseo?
La inmobiliaria Paramount Realty realizó la subasta bajo el lema "Posea un trozo sagrado de la Historia", enfatizando el valor simbólico del inmueble por encima de sus características físicas. A pesar de ser una construcción modesta de ladrillo, su conexión con el pontífice ha elevado su atractivo a una dimensión casi espiritual.

Fue edificada en 1949 sobre un terreno de 5000 pies cuadrados (460 metros cuadrados) y la superficie construida abarca 1146 pies cuadrados (106 metros cuadrados). En sus dos niveles se encuentran dos cuartos de baño, tres dormitorios y una sala o espacio común.
La casa fue completamente renovada el año pasado, según informó a EFE un contratista que participó en las obras, antes de que se conociera que un morador tan ilustre (en ese momento solo era cardenal) residió allí. Relató que, al iniciar los trabajos, la vivienda era extremadamente humilde, con un solo baño y ventanas de un solo cristal, lo que resultaba insuficiente para el frío invierno de Chicago. Los contratistas reemplazaron las tuberías de gas y agua, instalaron un suelo flotante, añadieron un baño y colocaron ventanas herméticas.

Efecto de la venta de la residencia de León XIV en la percepción del nuevo pontífice
La decisión de poner a la venta la antigua residencia familiar del papa León XIV ha suscitado un intenso debate sobre el cambio estilístico del Vaticano. Mientras que Francisco promovía la austeridad como un símbolo distintivo de su papado, la aparición de esta propiedad en el mercado por una suma considerable generó críticas y reflexiones sobre la coherencia de su mensaje. Sin embargo, hay que recordar que la propiedad, en la actualidad, no tiene nada que ver con el nuevo Papa.
Los vecinos de Dolton manifestaron su deseo de que el inmueble se transformara en un museo o un lugar de peregrinación, sin embargo, la inmobiliaria no consideró tal posibilidad. La propiedad permaneció en manos de la familia Prevost hasta finales del siglo XX y desde entonces ha circulado como una vivienda más en el mercado inmobiliario.












