

Con el avance del verano y las altas temperaturas que se registran en buena parte del país, el aire acondicionado se posiciona como uno de los recursos más utilizados para mantener el confort en el hogar. Sin embargo, su uso indebido no solo puede incrementar el gasto energético, sino también reducir la eficacia del sistema.
Ante este escenario, la OCU ha identificado los errores más comunes que, según sus expertos, deberían evitarse a toda costa.
OCU: consejos para usar el aire acondicionado con eficiencia
Entre los fallos más habituales detectados por la OCU se encuentra la costumbre de ajustar el termostato del aire acondicionado a temperaturas extremadamente bajas, como los 18 ºC. Aunque pueda parecer una forma eficaz de enfriar la vivienda más rápido, el organismo advierte que esta práctica solo provoca que el equipo funcione durante más tiempo y consuma más electricidad, sin generar un mayor beneficio térmico. "Lo ideal es mantener el hogar entre 25 y 26 ºC, con una diferencia de unos 8 ºC respecto al exterior", apuntan desde la organización.

También se resalta la importancia del mantenimiento regular del equipo. Uno de los errores más extendidos es ignorar la limpieza de los filtros del aire acondicionado. Según los técnicos de la OCU, unos filtros sucios pueden reducir notablemente la eficiencia del sistema y aumentar el consumo energético entre un 5 y un 15%. La recomendación es clara: una limpieza al año, preferiblemente antes de que comience la temporada de calor, puede marcar una gran diferencia.
Temperatura, aislamiento y hábitos: claves para optimizar el consumo
El uso complementario de ventiladores es otra de las estrategias subrayadas por la OCU. Aunque estos dispositivos no enfrían el aire, sí logran generar una sensación de frescor con un consumo mínimo. Algunos modelos pueden operar durante todo el verano por menos de 30 euros en electricidad, en comparación con los gastos que puede suponer un uso continuado del aire acondicionado.

En paralelo, se señala otro error silencioso pero costoso: permitir la fuga del aire frío. Ventanas mal cerradas o puertas abiertas pueden forzar al sistema a funcionar sin descanso. Por ello, mejorar el aislamiento del hogar refuerza el confort general.
Finalmente, se desaconseja utilizar electrodomésticos que generen calor, como hornos o secadoras, mientras el aire acondicionado está en marcha. El calor adicional obliga al equipo a trabajar más intensamente, lo que se traduce en un incremento del consumo eléctrico. Estos pequeños gestos, aparentemente inofensivos, pueden tener un fuerte impacto en la factura de luz al final del mes.












