El uso de radares de velocidad en la prevención y reducción de accidentes en las carreteras españolas ha sido motivo de orgullo para la Dirección General de Tráfico (DGT) quien, recientemente, ha asegurado que se instalarán más de estos dispositivos a lo largo de los próximos tres años.
En el 2005, el número de radares fijos se situaba en torno a los 90, cifra que escaló a 300 para el 2010. Hoy por hoy, la DGT cuenta con más de 400 radares en funcionamiento. Este aumento en la vigilancia de la velocidad se ha traducido en una notable disminución de la siniestralidad en las carreteras; así lo demuestra el descenso de víctimas mortales en siniestros en vías interurbanas, que ha pasado de 3841 en 2004 a 1273 en 2022.
Sin embargo, los radares no solo generan efectos positivos en materia de seguridad vial, sino que también constituyen un mecanismo eficaz para la recaudación fiscal. En el 2022, la DGT registró una recaudación histórica que superó los 507 millones de euros. Asimismo, se destaca que dos de cada tres sanciones impuestas por la DGT están vinculadas a infracciones por exceso de velocidad.
Ante estos resultados, no sorprende la decisión de la DGT en cuanto a continuar aumentando la cantidad de radares de velocidad en los próximos años.
En los próximos tres años se instalarán 150 radares más
En la última edición de la revista "Tráfico y Seguridad Vial", la subdirectora adjunta de Circulación de Tráfico manifestó que, siguiendo su compromiso por la seguridad vial, la DGT llevará a cabo un plan de acción centrado en el control de la velocidad en las carreteras nacionales durante los próximos tres años.
El mismo prevé la instalación de 150 nuevos radares, siendo el 80% de ellos destinados a las carreteras convencionales, mientras que el 20% restante se repartirá entre autovías y autopistas.
En este sentido, la DGT ha determinado que un 60% de los nuevos dispositivos serán radares de tramo. Se ha optado por este tipo de radar debido a su eficacia en la detección de infracciones de velocidad, pues calculan la velocidad media de los vehículos a lo largo de un tramo extenso, lo que hace posible un control más prolongado y preciso del comportamiento de los conductores en la carretera.
Aquellos conductores que excedan la velocidad media permitida en dicho tramo estarán sujetos a sanciones. El 40% restante de los nuevos radares serán del tipo fijo, encargados de medir la velocidad instantánea de paso de los vehículos.
Actualmente, según cifras proporcionadas por la DGT, hay un total de 64 radares de tramo en funcionamiento en las carreteras españolas, y con la implementación de este plan, se espera que esta cifra aumente notablemente.