

Los gatos domésticos han convivido con los humanos durante miles de años. Aunque son adorados por millones, su comportamiento esquivo y aparentemente independiente genera dudas constantes sobre la naturaleza del vínculo que mantienen con las personas. ¿Son realmente afectuosos o simplemente toleran nuestra presencia por conveniencia?
Este debate ha despertado el interés de la ciencia. Un estudio encabezado por la investigadora Kristyn Vitale, de la Universidad Estatal de Oregón, ha arrojado luz sobre esta relación y ofrece una respuesta tan sorprendente como reveladora: los gatos sí pueden desarrollar apego hacia sus cuidadores humanos.

Qué dice la ciencia sobre el vínculo entre gatos y humanos
La investigación de Vitale, publicada en la revista Current Biology, analizó el comportamiento de 79 gatitos en una prueba de apego adaptada de estudios con bebés y perros. El resultado fue contundente: más del 64 % de los gatos desarrollan lo que se denomina “apego seguro”.
Este tipo de apego implica que el animal confía en su cuidador como una figura estable, lo que le permite explorar el entorno con tranquilidad. En palabras de la propia autora: “Los gatos que muestran apego seguro están menos estresados cuando su cuidador está presente”.
Además, se detectaron casos de apego inseguro, caracterizados por signos de ansiedad, evitación o ambivalencia. Este patrón se ha observado también en estudios con bebés humanos, lo que refuerza la validez del enfoque utilizado.
Por qué los gatos parecen menos afectuosos que los perros
A diferencia de los perros, que han sido criados durante siglos para colaborar con los humanos, los gatos fueron domesticados de forma más reciente y con menor intervención directa. Esto explica por qué mantienen rasgos más marcados de independencia y territorialidad.
Sin embargo, los científicos advierten que esa aparente distancia no implica falta de afecto. De hecho, los gatos que desarrollan apego seguro muestran comportamientos positivos como:
- Buscar el contacto físico con su cuidador.
- Dormir cerca de los humanos.
- Vocalizar más cuando su persona de referencia está presente.
Estas señales pueden pasar desapercibidas para quienes esperan manifestaciones similares a las de los perros, pero son indicativos claros del vínculo emocional felino.
Cómo fortalecer el vínculo con un gato
Si bien cada gato es diferente, hay formas concretas de mejorar la relación emocional con ellos. Los expertos recomiendan:
- Respetar su espacio y tiempos de interacción.
- Jugar regularmente con ellos para estimular su mente.
- Proporcionar entornos enriquecidos con rascadores, alturas y escondites.

Además, es clave evitar forzar el contacto físico. Los gatos responden mejor a la cercanía cuando se sienten seguros y en control de su entorno. Al igual que en los humanos, la confianza se construye con paciencia y respeto mutuo.En definitiva, la ciencia demuestra que los gatos no solo son capaces de querer, sino que también pueden establecer vínculos emocionales profundos. La clave está en saber leer su lenguaje y ofrecerles un entorno de seguridad y cuidado constante.














