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La princesa Leonor está atravesando uno de los momentos más difíciles de su formación militar a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Lo que en un principio debía ser una experiencia enriquecedora se ha convertido en un auténtico infierno.

La falta de privacidad, las condiciones de vida extremas y la presión mediática han afectado gravemente su bienestar emocional, hasta el punto de haber sufrido crisis de ansiedad y romper en llanto en una conversación con sus padres, los reyes Felipe VI y Letizia.

La seguridad de la princesa se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de la Casa Real, especialmente tras la difusión de imágenes no autorizadas. La familia real ya denunció recientemente la filtración de grabaciones tomadas en un centro comercial de Chile, lo que ha avivado el temor de que cualquier persona pueda capturar imágenes de Leonor durante su travesía.

Sin posibilidad de tomar medidas drásticas contra los paparazzi, la presión sobre la heredera al trono es cada vez mayor.

Pero el problema no es solo externo. Dentro del barco, la princesa también enfrenta dificultades. A diferencia de sus compañeros, que llevan tres años de preparación para esta travesía, Leonor solo tuvo tres meses de entrenamiento. Mareos, vómitos y golpes han sido parte de su día a día en el barco, a lo que se suma la dureza de compartir un espacio reducido con otras 75 personas y las estrictas normas de convivencia, como la limitación en el uso de duchas y teléfonos móviles.

La dura vida en el Juan Sebastián Elcano: sin duchas diarias ni espacio personal

El buque escuela Juan Sebastián Elcano ha sido reformado en los últimos años para mejorar la calidad de vida a bordo, pero sigue siendo un ambiente hostil para quienes no están acostumbrados. Las habitaciones son estrechas, con literas para tres personas, y el uso de las duchas está estrictamente regulado, algo que ha supuesto un problema adicional para la heredera al trono.

A pesar de las mejoras en la climatización, la inclusión de más enchufes y el acceso restringido a Wi-Fi, las limitaciones siguen siendo evidentes. El entorno de la princesa reconoce que las condiciones han sido un reto mucho mayor de lo esperado y que, en cada llamada con su familia, según diarios como ElNacional.Cat, Leonor expresa su deseo de que esta experiencia termine cuanto antes.

La preocupación de Letizia y Felipe VI: miedo por la seguridad de su hija

Felipe VI y la reina Letizia están profundamente preocupados por la situación que atraviesa su hija mayor. La presión mediática y la falta de privacidad han convertido este viaje en un riesgo para su seguridad. En una conversación reciente con sus padres, Leonor rompió en llanto, evidenciando el impacto emocional que está sufriendo.

Desde la Casa Real analizan opciones para garantizar la protección de la princesa sin alterar el propósito de su formación. Sin embargo, la exposición mediática y las condiciones extremas a bordo del buque escuela hacen que el desafío sea cada vez más complicado.