Un caso con ecos internacionales vuelve a poner bajo la lupa la frontera entre espionaje y yihadismo. La historia de Ahmed Samsam, danés de origen sirio, revela cómo la opacidad de los servicios de inteligencia puede chocar con los procesos penales públicos y acabar en una condena difícil de sostener con la nueva evidencia.
La novedad llegó desde Copenhague: el Tribunal Supremo de Dinamarca dictó una sentencia histórica que obliga a los servicios PET y FE a reconocer por escrito que Samsam actuó como informante y recibió pagos durante sus viajes a Siria en 2013 y 2014. La decisión abre la puerta a revisar su condena en España, donde en 2018 fue sentenciado a ocho años de prisión por pertenencia a organización terrorista.
Qué dice exactamente la sentencia danesa
El Supremo danés estableció como probado que Samsam colaboró con PET (inteligencia policial) y FE (inteligencia de defensa), y que se le abonaron honorarios y otras prestaciones por proporcionar información sobre yihadistas daneses en Siria. El tribunal consideró que, en un caso excepcional como este, el interés del ciudadano en demostrar la relación con los servicios secretos prevalece sobre el deber de confidencialidad.
Tras el fallo, las propias agencias danesas emitieron un comunicado admitiendo esa colaboración durante 2013 y 2014, un reconocimiento que hasta ahora no habían hecho y que fue clave para que la justicia española no diera crédito a la versión del acusado en su momento.
Cómo se llegó a la condena en España
Samsam fue detenido en Málaga en 2017 y, al año siguiente, la Audiencia Nacional lo condenó a ocho años de cárcel por integración en el Estado Islámico (ISIS), con base en material de su teléfono y en su historial de viajes a la zona de conflicto. En 2019, el Supremo español confirmó la sentencia subrayando que Dinamarca no había reconocido ninguna relación con sus servicios.
Cumplió tres años y medio en prisiones españolas y, en 2020, fue trasladado a Dinamarca para seguir cumpliendo condena. Hoy, con la sentencia de Copenhague, la narrativa cambia: el dinero y los contactos que la investigación española interpretó como vínculos terroristas quedan reevaluados como pagos y coordinación operativa con la inteligencia danesa.
Y ahora, ¿qué pasa? La vía de revisión en España y el impacto político
Con el reconocimiento oficial, la defensa de Samsam puede solicitar la revisión de la condena ante el Tribunal Supremo español al aportar hechos nuevos que, de haberse conocido entonces, podrían haber determinado una absolución o una pena inferior. Es el propio análisis jurídico recogido por la prensa española el que anticipa que la resolución de Dinamarca será la palanca para intentar revocar la condena, según reportó El País.
El caso también deja un mensaje para Europa: cuando la razón de Estado y el secreto chocan con el derecho a un juicio justo, los tribunales pueden obligar a los servicios de inteligencia a hablar. En Dinamarca, medios y analistas ya lo califican como un precedente incómodo para las agencias y valioso para la tutela judicial de los ciudadanos.