

Los garbanzos, como otras legumbres, forman parte esencial de una alimentación equilibrada. Su riqueza en proteínas vegetales, fibra y micronutrientes los convierte en un aliado nutricional de primer orden. Sin embargo, muchas personas deciden evitarlos por las molestias digestivas que pueden generar.
Ante esta situación, la doctora María Muñoz ha compartido en sus redes sociales una serie de recomendaciones prácticas para que las legumbres dejen de ser un problema en la mesa.
Alimentación saludable sin renunciar a las legumbres
Para la doctora María Muñoz, el problema no está en las legumbres, sino en cómo se preparan. La especialista explica que estos alimentos contienen oligosacáridos, unos carbohidratos que el intestino delgado no puede absorber y que, al llegar al colon, son fermentados por bacterias, lo que provoca la producción de gases y la consecuente hinchazón.

La solución, según detalla María, comienza con un gesto simple pero eficaz: el remojo. "Deja las legumbres en agua entre 8 y 12 horas y cambia el agua un par de veces para eliminar parte de esos oligosacáridos", indica. Este paso reduce los componentes que los garbanzos provocan malestar intestinal.
Además, recomienda incorporar especias con efecto carminativo al momento de cocinar. "Estas especias no solo aportan un sabor delicioso, sino que también tienen propiedades carminativas, que ayudan a expulsar gases y calman el intestino", señala. Entre las más eficaces destaca el comino, el laurel, el hinojo, la cúrcuma y el jengibre.
Garbanzos más digestivos gracias a pequeños trucos de cocina
Más allá del remojo y las especias, la doctora Muñoz sugiere modificar la forma de consumir las legumbres. Una de sus recomendaciones más útiles es optar por preparaciones en forma de cremas o purés. "Preparar purés o cremas es más digestivo que comer la legumbre entera con su piel", asegura. Este proceso permite romper la estructura celular del alimento, facilitando el trabajo de las enzimas digestivas y haciendo que la digestión sea más ligera.

Asimismo, revela un truco menos conocido en la cocina española: la utilización del alga kombu. "El alga kombu contiene enzimas que predigieren algunos de esos oligosacáridos, ayudando a descomponerlos y mejorando su digestión", comenta. Esta técnica, inspirada en la gastronomía japonesa, contribuye a hacer los garbanzos y otras legumbres mucho más suaves para el aparato digestivo.
Finalmente, la doctora María Muñoz insiste en que el cuerpo necesita un tiempo de adaptación. "No es raro que al principio las legumbres te sienten mal, pero si las introduces poco a poco en tu dieta y las preparas correctamente, tu cuerpo se acostumbra y puedes disfrutarlas sin molestias", concluye.
De esta forma, con sencillas prácticas culinarias, es posible disfrutar plenamente de las legumbres dentro de una alimentación saludable, sin renunciar a su sabor ni a sus beneficios nutricionales.












