En el competitivo mundo de la inteligencia artificial (IA), donde las grandes tecnológicas compiten ferozmente por el mejor talento, Google ha adoptado una táctica sorprendente: pagar a ciertos empleados para que no trabajen. Sí, has leído bien.
La compañía ofrece hasta un año de salario a profesionales clave de su división de IA, como DeepMind, para que permanezcan en casa sin realizar tareas laborales. ¿El objetivo? Evitar que se marchen a la competencia.
Esta práctica, que recuerda a escenas de la serie Silicon Valley, no es nueva en el sector tecnológico. Sin embargo, su aplicación en el contexto actual de la IA, donde cada avance puede significar una ventaja competitiva significativa, ha generado tanto interés como debate.
Contratos de no competencia: una herramienta para retener talento
Los contratos de no competencia son acuerdos legales que impiden a los empleados trabajar para empresas rivales durante un período determinado tras dejar su puesto.
En el caso de Google, estos contratos se han utilizado para ofrecer a ciertos empleados de IA hasta 12 meses de salario a cambio de no unirse a la competencia.
Aunque esta estrategia puede parecer beneficiosa para los trabajadores, algunos la consideran un arma de doble filo. Mientras reciben un salario sin trabajar, también se les impide avanzar en sus carreras o participar en proyectos innovadores durante ese tiempo.
Frustración entre los empleados: ¿dinero fácil o carrera estancada?
A pesar de la compensación económica, varios empleados han expresado su frustración con esta situación. Un antiguo trabajador de DeepMind mencionó que algunos compañeros consideraban mudarse a California para evitar estos contratos y continuar desarrollándose profesionalmente.
La paradoja es evidente: mientras el sector de la IA avanza a pasos agigantados, estos profesionales se ven obligados a permanecer inactivos, perdiendo oportunidades de crecimiento y contribución en un campo en constante evolución.
La guerra por el talento en la inteligencia artificial
La decisión de Google refleja la intensa competencia por el talento en IA. Empresas como OpenAI ofrecen salarios que pueden alcanzar los USD800.000 anuales para atraer a los mejores ingenieros. En este contexto, retener a los empleados clave se ha convertido en una prioridad estratégica.