En esta noticia

El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) es una herramienta utilizada para el intercambio de información entre las autoridades alimentarias. A través de él, se emiten avisos tras la detección de contaminaciones alimentarias u otros peligros en distintos productos.

El RASFF ha emitido una alerta urgente para solicitar la retirada de uno de los pescados más consumidos en el país. Según informaron las autoridades sanitarias, se ha detectado la presencia de mercurio por encima de los niveles tolerables.

Alerta por mercurio en pescado: riesgo alimentario

El producto en cuestión son los "filetes de atún congelado". Según la alerta difundida a nivel europeo, la presencia de este contaminante neurotóxico en el pescado fue detectada en un control oficial en el mercado en Italia.

Tras calificarse el riesgo como "grave", las autoridades italianas informaron a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) en junio pasado para que tome las medidas de seguridad necesarias con el fin de evitar que el pescado afectado llegue a los consumidores.

En concreto, se han detectado hasta 2,8 mg de mercurio por kilo de pescado, superando el límite legal de 1 mg para consumo humano. Esta presencia se debe a que el metilmercurio, un contaminante común en peces de agua salada y dulce, aparece tanto por causas naturales como por la contaminación provocada por la actividad humana.

El pescado es la principal vía de exposición al mercurio (Hg) en la dieta, lo que exige ciertas precauciones en su consumo. En forma de metilmercurio (MeHg), este metal se comporta como un potente neurotóxico, con capacidad de alterar el sistema nervioso, especialmente durante su desarrollo. La exposición puede afectar la maduración neurológica en niños pequeños y resulta especialmente preocupante en mujeres embarazadas.

Por esta razón, la AESAN ha establecido que el atún, al igual que el resto de pescados con altos niveles de mercurio, debe reducirse a un consumo máximo de una ración a la semana a partir de los 10 años.

A partir de los 14 años, así como en adolescentes y adultos, no se establecen restricciones por especies, pero se insta a alternar entre "azules" y "blancos" para las "tres o cuatro" raciones a la semana que se recomienda consumir.