Europa del Este está a punto de experimentar una transformación en su red de transportes con la construcción de Rail Baltica, un proyecto ferroviario que conectará Tallin (Estonia) con Tesalónica (Grecia), pasando por Ucrania y Moldavia. Este plan busca integrar el mar Báltico con el mar Negro y el Egeo mediante una red de túneles.
Con un presupuesto inicial de 5.400 millones de euros, las obras ya han comenzado en Estonia, Letonia y Lituania, mientras se planea la extensión hacia Odessa y el sur de los Balcanes. Esta red de trenes alcanzará los 249 km/h, tiene el potencial de cambiar la dinámica geopolítica y comercial entre el este y el oeste de Europa.
Rail Baltica: la conexión de túneles que unirá el Báltico con el mar Negro y el Egeo
El núcleo del proyecto es Rail Baltica, una iniciativa transnacional que representa la mayor inversión en infraestructuras de transporteen Europa del Este en los últimos años.
La primera fase de la obra, que se prevé finalizada para 2030, conectará Tallin (Estonia) con Varsovia (Polonia), pasando por Riga (Letonia) y Kaunas (Lituania). Se construirán 870 km de vías nuevas y se modernizarán 30 estaciones, alineando estos países con la red ferroviaria de alta velocidad de Europa Occidental.
La segunda fase, que aún se encuentra en planificación, expandirá la conexión hacia el sur, alcanzando Ucrania y Moldavia, con el objetivo de llegar hasta Odessa y Tesalónica. Para ello, la Comisión Europea ha asignado 1.400 millones de euros, mientras que los tres países bálticos han comprometido 4.000 millones más.
Desafíos y soluciones en la conexión de túneles que unirá el Báltico con el mar Negro y el Egeo
El desarrollo de estos túneles enfrenta varios desafíos, principalmente relacionados con la financiación y la complejidad técnica. A pesar de los avances registrados, como la finalización de 74 km de vías en Estonia y el inicio de obras en Letonia y Lituania, los responsables del proyecto siguen necesitando más fondos para continuar con la construcción.
En este sentido, se requiere la aprobación de 400 millones de euros adicionales por parte de Bruselas para garantizar que el proyecto avance con la rapidez prevista.
A pesar de estas dificultades, el proyecto avanza de manera constante. En Estonia, se han completado 74 km de vías, mientras que Letonia ya ha firmado contratos para más de 230 km de obras civiles.
Además, en Lituania se están incorporando innovaciones como los sensores antideformación en los puentes, lo que garantizará la estabilidad y seguridad de la infraestructura a largo plazo.
A largo plazo, el desafío será extender la red ferroviaria hasta Grecia, lo que permitiría realizar un viaje entre Riga y Atenas en tan solo 24 horas. Con una inversión total estimada en 12.000 millones de euros, Rail Baltica se perfila como un proyecto fundamental para Europa, con el potencial de transformar la conectividad entre el este y el oeste del continente y fortalecer los lazos comerciales y geopolíticos en la región.