Se sabe: el peronismo huele sangre a kilómetros de distancia, como los tiburones. El hasta hace poco PJ dialoguista, llamado insólitamente hasta "racional", volvió a mostrarse junto, esta vez en Córdoba con Juan Schiaretti como anfitrión. Justicialistas históricos, como el alma máter del grupo Miguel Ángel Pichetto, renovadores massistas y randazzistas cumplidores, unidos ya no sólo con Cristina Fernández de Kirchner de límite, ahora también más alejados de la frontera del gobierno de Cambiemos.

De esta forma, después del primer cónclave de Gualeguachú, con el PJ orgánico intervenido por Luis Barrionuevo, la foto conjunta de ayer ya no fue un mensaje al kirchnerismo. Fue, más bien, una instantánea dirigida a una golpeada Casa Rosada, por el affaire de las tarifas, que arremetió en los últimos días contra los gobernadores, bastión que supo retener el PJ en el interior, a pesar de la ola amarilla electoral de 2015. "En 2019, el peronismo tiene todas las chances de ganar y gobernar la Argentina.

Para ser una verdadera alternativa tiene que ser un peronismo republicano, federal, democrático y tiene que dejar atrás al kirchnerismo: es un modelo que está absolutamente agotado", escribió en Twitter Schiaretti, el primer gobernador en recibir protocolarmente al contingente de legisladores del interbloque Argentina Federal del senador rionegrino; renovadores, como Graciela Camaño; Pablo Kosiner y Diego Bossio, del Bloque Justicialista; y Eduardo "Bali" Bucca, de Cumplir.

Continuó el mandatario mediterráneo: "Debemos garantizar gobernabilidad para evitar las crisis, dándole al Gobierno Nacional las leyes que necesita para su programa de gobierno, pero no cogobernar". Claro que hay un par antecedentes desde el regreso de la democracia de peronistas invocando a la gobernabilidad justo antes de una crisis, como si la estuvieran llamando.

Ya el lema de la cumbre, semánticamente dejó afuera a la ex Presidenta: "Un encuentro por una mejor Argentina. Una nueva oposición, moderna y federal", se bautizó el plenario del PJ cordobés, al que fueron invitados los legisladores nacionales. Esta construcción no sólo pretende, hoy por hoy, enfrentar a Cambiemos en 2019, sino también a un kirchnerismo que reclama una gran PASO opositora, si bien la ex mandataria evitó las primarias abiertas en 2015 y en 2017, algo de lo que Florencio Randazzo puede dar fe de ello.

En sintonía con el PJ intervenido por Barrionuevo, esta tribu justicialista comparte la misma tríada de posibles postulantes para las presidenciales: el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey (más "dialoguista" que Pichetto hoy); un Sergio Massa que abandonó la angosta avenida del medio; y el cordobés José Manuel de la Sota, ausente ayer por encontrarse en el exterior.

En principio, antes de lo electoral, el acuerdo será parlamentario. "Vinimos a Córdoba a trabajar propuestas legislativas como el proyecto de tarifas justas. Le pedimos al Presidente (Mauricio Macri) que escuche a quienes sufren con los tarifazos y debata nuestras ideas", adelantó la massista Camaño. "El problema del aumento indiscriminado de tarifas es clave, las familias ya no pueden pagar. Además nos preocupan las economías regionales y las pymes", agregó su colega Kosiner.

Después de Entre Ríos y lo de ayer en Córdoba, la siguiente parada del Peronismo Federal sería Mendoza, el primer territorio ajeno que visitarían, gobernado por el radical Alfredo Cornejo.