A pesar de la crisis política y las dificultades económicas, con aumento de las presiones inflacionarias y fuerte oscilación en las cotizaciones del dólar en el mercado paralelo, el gobierno de Cristina Kirchner permitió a Brasil mejorar el desempeño de las exportaciones al mercado de Argentina, que dieron un salto de 31% en abril.
La mayor responsable fue la venta de vehículos, tractores y partes de automotores, principal ítem de la pauta de exportaciones brasileñas, que aumentó 49% en promedio en relación a abril de 2012. Pero analistas y empresarios brasileños prevén que la crisis en el país vecino puede interrumpir la recuperación del comercio.
Asociaciones industriales de sectores como calzados y textiles, blancos habituales de las barreras informales a la importación en Argentina, no registran más quejas por retención de embarques en las aduanas, como era frecuente en 2011.
Sin embargo, ejecutivos de esos segmentos comentan que la imprevisibilidad de la política comercial argentina desestimula los negocios con el país vecino, donde los importadores están sujetos a restricciones informales, principalmente el denominado esquema uno por uno (creado el año pasado, bajo la sigla conocida como DJAI), por el cual reciben solamente licencia para comprar bienes en el exterior si exportan productos por el mismo valor.
Parte de la recuperación de las exportaciones en abril se explicó por el ligero aumento de la demanda de algunos productos, como calzados, y una fuerte demanda de automóviles, que algunos especialistas adjudican a que son un bien de ahorro ante la escalada inflacionaria.
La expectativa de menos necesidad de divisas a inicios del año también llevó a los argentinos a aflojar el control sobre la entrada de mercancías y generó un crecimiento de 32% de las importaciones totales del país (no solamente desde Brasil). Como las exportaciones argentinas subieron 13%, ese movimiento redujo 38% el saldo comercial del país, si se lo compara con abril de 2012, según el Indec, el instituto de estadísticas argentino.
El escenario no es bueno, las perspectivas de exportación de Argentina van hacia abajo, comentó a Valor el presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), José Augusto de Castro. El experto recordó que la producción de trigo argentina cayó y debe eliminar el excedente para exportación; el precio de la soja, que se esperaba que llegue a u$s 570 por tonelada, estacionó cerca de los u$s 520, por debajo del año pasado, y también son negativas las perspectivas para el maíz, del que Argentina es un gran exportador. Con la necesidad de un superávit de u$s 11.000 millones en Argentina, la alternativa será reducir las importaciones, prevé De Castro.
Para el economista Mauricio Claverí, coordinador del área de comercio exterior de la consultora Abeceb.com, del ex secretario de Industria Dante Sica, hay expectativas de que crezcan las importaciones del país, aunque a una tasa moderada.
Claverí explicó a Valor que las mayores importaciones de productos como calzados derivó del esfuerzo del Gobierno para contener la presión inflacionaria en el sector, donde cayeron las inversiones y la producción, aumentando los precios.
En el primer cuatrimestre, en comparación con el mismo período del año pasado, la importación de zapatos de Argentina aumentó 12% en valor y 34% en volumen (pares de calzados), según la Asociación Brasileña de Industria de Calzados (Abicalzados). El ministerio de Desarrollo registró un aumento, en valor, en el cuatrimestre, de poco menos de 5%.
El volumen, medido en kilos, se mantuvo prácticamente estable. Hubo una clara sustitución, en las compras, por productos más baratos: la caída promedio en los precios de los zapatos vendidos fue de 16%.
La situación económica se deterioró y con ella, el nivel de zapatos vendidos a Argentina, dijo el director ejecutivo de Abicalzados, Heitor Klein, que, desde septiembre, notó un aumento en la celeridad de la liberación de las importaciones argentinas de calzados brasileños, en respuesta a las quejas del gobierno de Dilma Rousseff durante las reuniones mantenidas con autoridades argentinas.
Lo que más nos incomoda es que Asia se queda con la mayor participación de mercado, dijo el ejecutivo. Brasil tenía 60% del mercado argentino en 2011; pasó a 59% en 2012 y este año tiene 43%, mientras los proveedores de Asia llegaron a 57%, según Abicalzados.
El aumento de las ventas brasileñas a Argentina no representa una recuperación del mercado, sino que es un reflejo del crecimiento de las compras del país a inicios del año, que se profundizaría en los próximos meses, según prevén los economistas. Eso vale para los automóviles, señaló Claverí. Se liberó un poco el ingreso de automóviles que habían sido frenados en la frontera, explicó.