El fiscal ante la Cámara Nacional Electoral, Jorge Di Lello, aseguró hoy que la campaña política de cara a los comicios del 25 de octubre es “poco propositiva, virulenta, acusándose”, a la vez que ratificó su decisión de “perseguir penalmente a los ciudadanos que no cumplan” su tarea de ser autoridad de mesa.
“Lo que debería ser un progreso en cuanto a que la gente le está dando mucha atención al proceso electoral en realidad es parte de un retroceso, porque ha sido una campaña muy agresiva”, lamentó Di Lello.
En diálogo con Radio América, resaltó que la carrera hacia de la Presidencia es “poco propositiva, virulenta, acusándose” y consideró que “se ha desmadrado la propuesta política, no hay debate, pero no el de la televisión”.
“Creo que lo que no hay es militancia, y esa carencia se subsana con publicidad, programas de televisión. La política viene, cual alud, metida con chismes del ambiente”, indicó el fiscal.
Asimismo, se quejó de que “todo el mundo está muy preocupado por lo que va a pasar, pero el sentido de responsabilidad ciudadana de participación y de comprometerse es bastante opaco”.
En ese sentido, manifestó que le “revuelve el estómago ver que todo el mundo protesta y resulta que al momento de comprometerse dicen yo soy apolítico”.
“Cuando te invitan a ser autoridad de mesa te convertís en funcionario público hasta que terminen los comicios. Si no vas, incurrís en el delito de no concurrir como autoridad de mesa y eso tiene una pena de seis meses a dos años. Voy a perseguir penalmente a los ciudadanos que no cumplan”, aseveró Di Lello.
Y record¢: “Hace siete años hice mil denuncias penales bajo protesta del juez electoral, porque habíamos llegado a tasas muy altas (de ausentismo). Hubo muchas probation, que consistieron en ser autoridad de mesa forzada en dos o tres períodos, y tuvimos un juicio oral correccional con Lijo que es la única condena que tuvimos”.
Respecto de la ausencia de las autoridades de mesa, Di Lello consideró que “da pie al mito de que eso está mecánicamente armado para que la autoridad de mesa sea reemplazada por una persona adicta al Gobierno, sea verdad o no”.