A pesar de que las reuniones fueron calificadas de “productivas”, los gobiernos de la Argentina y Brasil admitieron esta tarde que aún no se logró alcanzar un acuerdo por el nuevo protocolo automotor.
Existen diferencias de plazos. Brasil pretende extenderlo por dos años y Argentina busca hacerlo por uno.
Por ello, se comprometieron a “continuar las negociaciones”, con el objetivo de acordar la nueva etapa que deberá regir a partir del primero de julio próximo.
Así lo indicaron fuentes cercanas al encuentro luego de las reuniones mantenidas por funcionarios de ambos países. “Estamos en negociaciones positivas atendiendo las demandas de las dos partes”, dijo el canciller de Brasil, Mauro Viera, en declaraciones formulados tras la reunión.
Luego del encuentro con el canciller Héctor Timerman y el ministro de Economía, Axel Kicillof, ambas delegaciones evitaron decir detalles sobre dónde o cuándo se realizarán las próximas reuniones.
El sector automotriz es el más afectado dentro de la industria nacional, ya que acumula caídas de hasta 20% mientras que las ventas de autos nuevos bajan más del 10%.
Para los empresarios de ADEFA -la entidad que reúne a las terminales locales-- “el comportamiento que viene registrando Brasil, principal socio comercial que representa 50% de nuestra producción, sigue impactando en los principales pilares de la industria”.
La caída del mercado interno, del orden del 25% en abril en el país vecino, impactó en una significativa baja tanto en las exportaciones argentinas como en la producción del mes.
En junio del 2014, ambos países acordaron prorrogar el acuerdo automotriz desde el 1º de julio de 2014 hasta el 30 de junio de 2015 con un flex de comercio de 1,5 d¢lar.
Esta cláusula comprendida en el convenio significa que por cada divisa que se exporte al mercado brasileño en concepto de autos, el país vecino podrá colocar un dólar y medio en la Argentina.
En aquel momento se comprometieron a iniciar negociaciones para la firma de un convenio que deberá regir desde el primero de julio próximo hasta el 2020.
El protocolo anterior ubicaba el flex en 1,9, es decir que Brasil podía exportar a la Argentina casi dos dólares por cada billete norteamericano que las empresas nacionales enviaban al país vecino.