La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, votó esta mañana en Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul. Tomó mate y hasta se dio lugar para admitir que la campaña electoral, la más impredecible en los últimos 25 años, tuvo "momentos lamentables".
La mandataria llegó a votar poco después de las 8.30 hora local y antes de votar saludó a los miembros de la mesa instalada en la escuela pública Santos Dumont, en el barrio de Assunção.
Poco antes de acudir al colegio electoral, Rousseff participó en un desayuno en el que reconoció que la campaña electoral de este año "fue diferente" y tuvo "momentos lamentables".
"Tuvo momentos lamentables, formas de trato indebidas y creo que eso fue rechazado por la población. Creo que a la población no le gustó", comentó Rousseff, quien precisó que no toda la campaña estuvo marcada "por el bajo nivel".
En las últimas semanas, la presidenta y el líder opositor, Aécio Neves, protagonizaron una de las campañas electorales más combativas de los últimos años, en la que abundaron los ataques personales, las falsas acusaciones, las provocaciones y las ofensas.