Semanas atrás, Alberto Fernández había torcido a favor de Horacio Rodríguez Larreta en el esquema de la cuarentena, en la pulseada sanitaria que mantiene con Axel Kicillof. Ahora, el Presidente se puso públicamente del lado del gobernador bonaerense, que con la escalada de casos en el Conurbano, viene reclamando más controles a la Ciudad.
Este es el prólogo de una reunión tripartita que mantendrán esta tarde los ministros de Salud de Nación, Ginés González García, como anfitrión, con su pares, el bonaerense Daniel Gollán y el porteño Fernán Quirós. La cumbre será la primera capítulo de una semana que tendrá su capítulo más importante con un encuentro de Fernández, Kicillof y Larreta, de cara a ajustar el aislamiento obligatorio en el AMBA que vence, en los papeles, el próximo 28 de junio.
"Me preocupa y mucho la aceleración de contagios. Yo sería partidario de restringir más el transporte público y esas salidas recreativas a correr, y de poner más controles, no son suficientes", se quejó Fernández ante Radio 10 ayer. Como ya se sabía, reiteró que al ver las imágenes por TV de los parques porteños colmados en el primer día que pudieron salir los runners, le mandó un mensaje a Larreta. El gobierno porteño ajustó sus protocolos después.
De esta forma, el mandatario tomó como propias los reproches que el gobernador había lanzado desde hace días, subliminalmente, pero que también ayer aparecieron en entrevistas que brindó al diario La Nación e Infobae. "Decir que corriendo contagias a 10 metros a la redonda no es una posición en contra de Larreta ni de Quirós, ¡es una realidad!".
"Si los casos aumentan mucho, tomaremos decisiones, todos los días estamos evaluando", admitió, horas más tarde, Larreta. Más para evitar una confrontación: en la Ciudad están convencidos que, con una meseta de casos en los últimos días, el problema ahora está en el Conurbano que triplicó sus diagnósticos. Incluso minimizan el impacto en las estadísticas de las actividades recreativas. En La Plata, por el contrario, remarcan que su preocupación es que impide el rastreo del contagio.
Entre el jueves y el viernes pasado se evaluó en la Quinta de Olivos una marcha atrás. Los números de los partes diarios, que mostraron por ahora una nueva meseta de los casos, desactivaron una cumbre tripartita a la que sólo faltaba poner horario. Los próximos días serán clave para ello.
Sin embargo, en la Gobernación descuentan que se volverá eventualmente a una cuarentena más rígida. El tema es el cuándo, imaginando como inevitable el pico. "El punto en el que estamos es definir si las medidas deben ser ahora o se puede esperar", confiaron ayer fuentes oficiales. No quieren anticipar una marcha atrás que luego deba extenderse a una población ya cansada del aislamiento obligatorio.
Como un déjà vu, ayer intendentes peronistas salieron a apoyar una cuarentena más rígida. "Desde hace varias semanas venimos sosteniendo nuestra preocupación por la flexibilización de la cuarentena en CABA. Indudablemente va a tener un correlato en el GBA", tuiteó Fernando Gray (Esteban Echeverría). Mientras que los alcaldes PRO, como Jorge Macri (Vicente López) pidió en CNN Radio sumar más rubros a las reaperturas, como el caso de las jugueterías.