Recientemente finalizó en Buenos Aires la undécima Conferencia de la Organización Mundial de Comercio (OMC), creada en 1995 e integrada actualmente por 164 países que cubren aproximadamente un 95% del intercambio mundial. Se trata de un organismo multilateral, cuyas principales funciones son promover el libre cambio, facilitar acuerdos comerciales y resolver litigios entre sus países miembros.
En las cumbres anuales, el centro de las discusiones y los análisis se focalizan fundamentalmente en las cuestiones de multilateralismo comercial y en las de eventuales cierres de tratados comerciales entre dos o más de sus miembros.
¿Qué ha sucedido a este respecto en Buenos Aires? En lo referido al primer punto, lamentablemente se enfrentaron dos posiciones encontradas: el proteccionismo del presidente Trump (América primero) versus el libre comercio respaldado por la gran mayoría del resto de los adherentes. En efecto, en el primer día de la reunión, la presentación del delegado de los EE.UU. Robert Lighthizer sostuvo en forma explícita que la organización no cumplía acabadamente con su misión criticando, fuertemente, que su enfoque de librecambio favorecía en forma desigual a los países calificados como en desarrollo agregando, además, que muchos de ellos ya habían superado esa etapa. Dicho de otro modo, con este esquema EE.UU. veía perjudicados sus intereses; en consecuencia, nada de multilateralismo sino por el contrario negociaciones bilaterales donde EE.UU. pudiera fijar reglas adecuadas e igualitarias para ambas partes.
Las reacciones a favor del librecambio se sucedieron inmediatamente, destacándose las de Argentina como país anfitrión y las de China como segunda economía mundial (paradójicamente, hasta hace poco tiempo férrea defensora de un cerrado proteccionismo para su comercio exterior). La confrontación llevó a un callejón sin salida, limitándose el producto de la reunión a una lavada declaración final, la cual sólo contiene conceptos generales que no conducirán a ninguna medida concreta.
En relación a los acuerdos comerciales entre países miembros, en particular el tratado de la Unión Europea con el Mercosur, tanto nuestro país como el resto de sus integrantes habían depositado esperanzas (claramente sobredimensionadas) de poder cerrar el tratado de libre comercio, tantas veces postergado. Como era de esperar, nada de ello sucedió
En síntesis, una reunión más de la burocracia internacional sin resultados concretos.