Pese al errático desempeño que la economía mundial ha manifestado durante los últimos años, es destacable que la industria global de la denominada Economía Digital dentro de la cual se engloban a todas aquellas actividades vinculadas al intercambio de bienes y servicios accesibles a través del comercio electrónico haya podido sostener un ritmo de creciente desarrollo desde los inicios de la década del 90.

Es importante señalar que el surgimiento de la Economía Digital plantea un fenómeno que obedece a la conexión de tres industrias que con anterioridad se habían desarrollado por vías separadas: la industria de la computación, de las comunicaciones y de contenidos.

De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (en adelante OCDE), la economía digital ha exacerbado la tendencia hacia la búsqueda de erosión de la renta imponible que se venía manifestando a nivel global desde hace ya algún tiempo.

Respecto de la economía digital surgen algunas preguntas cuyas respuestas son una materia en evolución, a saber: ¿Cuáles son las iniciativas centrales referidas a la Economía Digital, en materia tributaria y desafíos de precios de transferencia, que ha encarado la OCDE en el marco del Plan de Acción contra la Erosión de la Base Imponible y el Traslado de Beneficios (BEPS o Base Erosion and Profit Shifting)? ¿Favorece la Economía Digital la relocalización de funciones de negocios dentro de una empresa con la consecuente erosión en la base imponible? ¿Existe en tal caso una reestructuración de negocios y por ende corresponde determinar un precio? ¿Pueden las normas actuales ofrecer un abordaje completo de la dinámica que plantea la Economía Digital?

En efecto entre las varias iniciativas que se discuten a nivel de la OCDE (documento BEPS) para mitigar la erosión fiscal y los casos de doble no tributación, justamente la primera de ellas se refiere a la Economía Digital y en efecto, la OCDE publicó el 16 de septiembre pasado su primer reporte con el grado de avance sobre este tema. El mismo no sólo realiza una minuciosa caracterización de los cambios globales propiciados por la economía digital, sino que también plantea posibles soluciones a los nuevos desafíos impuestos en materia tributaria.

Al solo efecto enunciativo resulta relevante señalar los siguientes puntos, que entre otros, son desarrollados de dicho documento:

n 1) Reconsiderar el concepto de establecimiento permanente, con el objeto de eludir su construcción artificial: en este sentido, se analizan desde opciones conservadoras (como la redefinición del concepto) hasta más transgresoras ( como cambiar definitivamente dicha categoría por la de Presencia Significativa o instaurar una nueva denominada Presencia Digital Significativa);

n 2) Crear Retenciones Impositivas pa

ra Transacciones Digitales;

n 3) Introducir Impuestos al Ancho de Banda (BIT TAX);

n 4) Plantear opciones para el Impuesto al Valor Agregado.

Cabe mencionar que las anteriores recomendaciones provistas por la OCDE no representan en absoluto soluciones definitivas; por el contrario, el debate en torno a los potenciales cambios tributarios continúa hoy latente.