No se transmitirá por cadena nacional, como el show que encabezó ayer la jefa de Estado en Tecnópolis. Tampoco lo realizará ante un público que se ría a carcajadas, como lo hizo Cristina Kirchner ante los chistes que el comediante Guillermo Selci pronunció en el stand up que precedió a su discurso. Sin embargo, el ministro de Economía, Axel Kicillof, prepara por estas horas el libreto del monólogo que podría llevar al escenario menos deseado por el Gobierno: el Fondo Monetario Internacional. Un lugar al que siempre rechazó, pero que mañana, si decide emprender el vuelo, visitará con la carpeta de los deberes cumplidos y el regaño previo del organismo por los que mantiene pendientes, ante la necesidad de conseguir financiamiento fresco.
En la lista del ministro figurarán resaltados el acuerdo con Repsol por YPF, el nuevo índice de precios y el que mide el Producto Bruto Interno, la devaluación y la suba de tasas. También la promesa de un acuerdo por la deuda con el Club de París y los holdouts. Pero el acto más difícil que tendrá Kicillof será convencer al público con el que se encontrará en Washington de que pensar en un futuro sin cepo cambiario, déficit fiscal, trabas comerciales y fuga de reservas es posible y no un chiste más del stand up kirchnerista.