En un principio era el dólar. Y con el dólar o, mejor dicho, con la falta de dólares, llegó el cepo, un comercio exterior diezmado, el atraso cambiario, el recorte de la rentabilidad de las economías regionales y la caída de la actividad económica que trajo otros sinsabores macroeconómicos.
De fondo, el problema es tan acuciante como ineludible, máxime teniendo presente que cada día que pasa, el drama de conseguir más dólares crece en intensidad y complejidad. Con reservas que superan apenas los u$S 27.000 millones (u$s 11.000 millones de China), el escenario está más abierto que nunca a las soluciones.
¿Qué tienen para decir los candidatos? Con numerosos matices, Daniel Scioli y Mauricio Macri coinciden en que las barreras al dólar deben ser levantadas.
Eso sí: cada problema merece su propia salida. Por ejemplo, en el macrismo miran con buenos ojos un ajuste del tipo de cambio oficial como un giro para comenzar a retirar las trabas. ¿De cuánto? No es un dato que les guste difundir, pero fuentes vinculadas a ese espacio político señalan al dólar "liqui" como uno de los valores de referencia, en este caso, en un nivel cercano a los $ 13.
"Se trata de la plaza legal de más volumen y por ende más representativa de lo que es hoy el valor del dólar en Argentina". En el Pro piensan que lo primero es apuntarle al cepo, levantarlo, y que eso no quiere decir venta indiscriminada de dólares ni mucho menos. "La reunificación cambiaria se logra con una transición hacia un esquema de flotación administrada en la paridad cambiaria", dijo el economista Federico Sturzenegger. El dato es que podrían instrumentar la emisión de un bono, que podría suscribir todo aquél que busque tasa de interés en dólares y que serviría para retirar de la economía hasta $ 150.000 millones, lo que tenderá a bajar la inflación.
Desde el sciolismo se critica duramente la promesa del PRO de levantar las trabas cambiarias de un día para el otro en un eventual gobierno de Mauricio Macri. Dicen que provocaría un dólar tan alto que nadie lo va a poder comprar. Y que una devaluación terminaría provocando un fuerte ajuste del salario real. En cambio, piensan en fortalecer las reservas.
En cuanto al cepo, que en las filas del gobernador llaman "control de capitales", sostienen que lo mejor es, primero, bajar el nivel de restricciones y sólo después levantarlas pero no a cualquier precio. En cambio Mario Blejer, otro de los referentes del sciolismo, se manifestó a favor de liberar inmediatamente el mercado de divisas y subir las tasas de interés para franquear el cepo. Coincide con Bein en que una devaluación nominal licuaría el efecto de competitividad, tal como pasó con la devaluación de enero de 2014. En cambio quieren tomar medidas que permitan una mejora de la competitividad en términos reales. Para ello se buscará la vía fiscal: recortar subsidios a sectores de mayores ingresos y bajar las retenciones a casi todos los granos excepto la soja.