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En el lenguaje cotidiano, se usa con frecuencia la palabra "mujeriego" para referirse a un hombre que tiene múltiples relaciones amorosas o sexuales sin compromiso serio.

Pero desde la psicología, el comportamiento mujeriego va más allá de una simple elección personal o estilo de vida: revela patrones emocionales, heridas profundas y, en muchos casos, carencias afectivas no resueltas.

¿Qué hay detrás de un hombre mujeriego?

Desde el punto de vista psicológico, el comportamiento de un hombre mujeriego suele estar vinculado con una necesidad constante de validación externa. Muchos de estos hombres crecieron en contextos donde el afecto fue condicionado o escaso, lo que les lleva a buscar aprobación en el deseo o atención que despiertan en otras personas.

Además, detrás del hábito de cambiar de pareja o evitar vínculos profundos, puede esconderse el temor al rechazo, a la intimidad emocional o incluso a ser abandonado. En otras palabras, el mujeriego huye del dolor potencial de una relación profunda refugiándose en vínculos superficiales.

¿Qué pasa cuando un hombre es mujeriego?

Cuando un hombre adopta un patrón de mujeriego de forma constante, no solo impacta a las personas con las que se relaciona, sino también a sí mismo. A corto plazo, puede sentir placer, admiración y poder, pero con el tiempo suele aparecer el vacío emocional, la frustración o la incapacidad para establecer relaciones sanas y duraderas.

La psicología también señala que el mujeriego tiende a repetir ciclos, es decir, patrones de conquista, euforia, desinterés y abandono. Esta repetición es muchas veces inconsciente y responde a guiones emocionales no resueltos que arrastra desde la infancia o adolescencia.

¿Qué define a un mujeriego?

Un hombre mujeriego no se define solo por la cantidad de parejas que ha tenido, sino por su enfoque emocional ante los vínculos. La constante necesidad de conquista, el desinterés una vez que obtiene lo que desea y la evasión del compromiso son algunas de las señales que más lo caracterizan.

También se observa que, a menudo, idealiza a las mujeres al inicio de la relación, pero luego pierde rápidamente el interés. En muchos casos, puede tener dificultades para empatizar, responsabilizarse por el daño emocional que causa o incluso reconocer sus propios vacíos internos.

¿Cuál es la psicología detrás del mujeriego?

Según expertos en psicología clínica y de pareja, el perfil mujeriego responde en gran medida a un mecanismo de defensa emocional. Es una forma de protegerse de la vulnerabilidad real que implica el amor auténtico. En lugar de arriesgarse a ser herido, elige mantener el control evitando la intimidad profunda.

En términos psicoanalíticos, algunos estudios asocian esta conducta con el narcisismo encubierto: un tipo de narcisismo que se disfraza de carisma o simpatía, pero que en el fondo busca reparar una autoestima deteriorada.

Otros enfoques lo vinculan con la figura paterna o materna, y con la forma en que el hombre aprendió a amar, ser amado o recibir atención.