

La creolina es un producto químico ampliamente utilizado en la limpieza y desinfección, especialmente en la agroindustria. Su uso, sin embargo, debe ser considerado con precaución debido a sus propiedades tóxicas.
Al ingresar a un edificio recién limpiado, es común percibir el fuerte aroma de la creolina. Este desinfectante se emplea frecuentemente en grandes áreas y en hogares para eliminar microorganismos y desatascar tuberías, según El Espectador.
Este potente desinfectante, aunque con un olor desagradable, es popular en la agricultura. Su eficacia para eliminar gérmenes la convierte en una opción preferida, especialmente en cultivos a gran escala. Actúa como plaguicida, combatiendo hongos dañinos como el fusarium, que ha impactado severamente las plantaciones de banano en Colombia y otros países.
¿Para qué sirve la creolina en la agricultura?
Además, la creolina es efectiva contra plagas como cochinillas, piojos y el oídio, un hongo que afecta diversas plantas, especialmente cítricos. Existen formulaciones específicas para uso agrícola, con concentraciones adaptadas a diferentes cultivos y aditivos que reducen su fuerte olor.

En el caso de las pasturas, se utiliza para prevenir el crecimiento de malezas. Sin embargo, su uso excesivo puede resultar tóxico para humanos, animales y plantas, lo que requiere un manejo cuidadoso para evitar dañar la calidad del suelo.
Alternativas ecológicas a la creolina: qué se usa hoy en jardines y cultivos
En la agroindustria, se aplican métodos controlados, como la aspersión manual, para proteger los cultivos. Para el control de plagas en jardines, hay alternativas menos agresivas y más ecológicas. Actualmente, se pueden encontrar productos agrícolas que utilizan compuestos orgánicos efectivos contra plagas comunes.

Asimismo, mantener un riego adecuado y realizar inspecciones visuales frecuentes es fundamental para detectar y controlar brotes de enfermedad, evitando así la necesidad de recurrir a productos tan fuertes como la creolina.
En este sentido, el uso de creolina en la limpieza de espacios públicos ha generado debates sobre su impacto ambiental, lo que ha llevado a la búsqueda de alternativas más sostenibles que ofrezcan eficacia sin los efectos negativos asociados a este químico.












