En esta noticia

En las salas del Metropolitan Museum of Art de Nueva York brilla una de las joyas más valiosas que Colombia ha perdido: la Corona de los Andes, una obra maestra de la orfebrería colonial que contiene más de 2 kilogramos de oro puro y 450 esmeraldas colombianas, incluyendo la legendaria "Esmeralda Atahualpa" que supuestamente perteneció al último emperador inca.

¿Qué hace una corona colombiana en el museo más famoso de Nueva York?

La Corona de Nuestra Señora de la Asunción de Popayán, conocida como Corona de los Andes, fue creada en el siglo XVI como agradecimiento a la Virgen María por proteger a la ciudad de una epidemia de peste bubónica y viruela que azotó territorios vecinos como Brasil, Perú y Ecuador.

Encargada en 1592 por el obispo de Popayán, la pieza fue elaborada durante seis años por 24 artesanos con una instrucción específica: debía superar en magnificencia a la corona de cualquier monarca terrestre, como expresión suprema de devoción.

La Corona de Nuestra Señora de la Asunción, creada en Popayán en el siglo XVI por 24 artesanos durante seis años, ahora forma parte de la colección del MET. (Imagen: MET)
La Corona de Nuestra Señora de la Asunción, creada en Popayán en el siglo XVI por 24 artesanos durante seis años, ahora forma parte de la colección del MET. (Imagen: MET)

¿Cuál es el valor real de esta joya colombiana perdida?

Las dimensiones de la Corona de los Andes son verdaderamente impresionantes. Las medidas documentadas por el MET hablan de una pieza con un peso que ronda los 2 kilogramos y el conteo de esmeraldas aparece en distintas referencias entre 442 y "casi 450".

La pieza está compuesta de oro trabajado y 453 esmeraldas que suman aproximadamente 1.500 quilates. Su piedra central, conocida como la "Esmeralda Atahualpa", pesa alrededor de 20-24 quilates y según la leyenda, habría formado parte del tesoro del último emperador inca antes de ser capturada por Francisco Pizarro en 1532.

¿Cómo perdió Colombia esta invaluable joya?

La historia de la venta de la corona es un relato de codicia y oportunismo. A comienzos del siglo XX, la Cofradía que custodiaba la corona recibió autorización eclesiástica para su venta. En 1914 el papa Pío X habría dado luz verde a esa gestión, pero los vendedores no encontraron comprador hasta 1936.

En 1936, la corona fue vendida por sus custodios a un empresario estadounidense liderado por Warren J. Piper, quien inicialmente tenía como propósito desmantelarla para vender las piezas de manera individual, algo que afortunadamente nunca ocurrió.

¿Qué humillaciones sufrió la corona antes de llegar al MET?

La corona vivió décadas de exhibiciones circenses que contrastan dramáticamente con su origen sagrado. La orfebre colombiana María Alejandra Kaled relató que la corona fue utilizada incluso como centro de mesa en eventos. Se exhibió en una feria de Chevrolet en 1937, donde 225,000 personas la contemplaron, aproximadamente el 15% de la población de Detroit en ese momento.

También fue exhibida en la Feria Mundial de Nueva York de 1939 y en 1959 en el Museo Real de Ontario. "La Corona de los Andes terminó siendo el centro de mesa más caro de la historia", aseguró Kaled.

Posteriormente, la pieza pasó más de 50 años guardada en una bóveda del Citibank, sin exhibición pública, hasta ser donada al MET.

La corona contiene la "Esmeralda Atahualpa" de 24 quilates y un total de 1500 quilates en esmeraldas, representando uno de los tesoros coloniales más valiosos de América. (Imagen: MET)
La corona contiene la "Esmeralda Atahualpa" de 24 quilates y un total de 1500 quilates en esmeraldas, representando uno de los tesoros coloniales más valiosos de América. (Imagen: MET)

¿Cómo llegó finalmente al Metropolitan Museum?

En 2013, una coleccionista privada donó la corona al Museo Metropolitano de Arte (MET) de Nueva York. El museo se encargó de restaurar urgentemente la estructura, cuyos arcos estaban colapsando debido al paso del tiempo.

Su adquisición fue anunciada por el Metropolitan Museum en diciembre de 2015. Desde noviembre de 2015, la Corona de los Andes se exhibe en la galería 357 del MET, protegida por un cristal antisismos y antibalas.

¿Por qué las esmeraldas colombianas son únicas en el mundo?

Las gemas que embellecen la corona proceden de yacimientos colombianos tradicionalmente reconocidos por la calidad de sus esmeraldas. Los estudios geológicos explican que las esmeraldas colombianas se formaron en condiciones geológicas particulares y a menudo presentan una fluorescencia roja detectable en pruebas específicas.

Esta combinación de color, pureza relativa y talla ha hecho de las esmeraldas colombianas piedras de gran prestigio en el mercado internacional y en colecciones de museos.

¿Existe alguna posibilidad de que la corona regrese a Colombia?

En los últimos años han circulado en redes sociales pedidos públicos para la "repatriación" de la corona, con mensajes que exigen su regreso a Colombia y recuerdan su origen religioso y comunitario en Popayán.

El Instituto Distrital de Cultura y Turismo de Colombia ha sugerido que debería ser devuelta a la región donde tiene mayor significado cultural. Sin embargo, las vías legales y diplomáticas para solicitar el retorno de bienes culturales requieren documentación precisa sobre propiedad, exportaciones y acuerdos entre instituciones.