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Un grupo de científicos de la Universidad de San Pablo, Brasil, encontraron tres asteroides que amenazan a la Tierra. Para peor, son prácticamente indetectables al estar escondidos por Venus.
Los expertos revelaron que, de sufrir una modificación en su trayectoria, podrían impactar en nuestro planeta con solo semanas de anticipación. Esto no dejaría margen de acción para evitar un efecto devastador.
Los tres asteroides tienen el tamaño de ciudades. Su choque con la Tierra destruiría lugares enteros y causaría terremotos y tsunamis.
Estos tres asteroides podrían destruir la Tierra sin aviso
Tres asteroides descubiertos por el equipo de investigación brasileño tienen órbitas inestables que los acercan peligrosamente a la Tierra. Si esta trayectoria inestable se modificara ligeramente (por un pequeño cambio gravitacional u otra fuerza), los asteroides podrían encaminarse hacia una colisión con nuestro planeta, según el estudio.
"El estado coorbital protege a estos asteroides de aproximarse a Venus, pero no los protege de chocar con la Tierra", advirtieron los investigadores, según el Daily Galaxy. El equipo llegó a esta conclusión utilizando rocas espaciales de imitación para simular una serie de posibles resultados a lo largo de 36.000 años.
Por qué estos asteroides son indetectables
Los expertos revelaron que las órbitas de estas rocas cósmicas las hacen prácticamente invisibles para los dispositivos de detección. Si bien la NASA rastrea asteroides potencialmente peligrosos, los telescopios no pueden detectar rocas en una trayectoria suborbital con Venus debido al resplandor del Sol, que las protege como un dispositivo de camuflaje cósmico.
Debido a este punto ciego interestelar, el Observatorio Rubin en Chile tendría solo de dos a cuatro semanas para detectarlos. Esto dejaría muy poco tiempo para actuar, siendo que una misión para desviar una roca espacial letal tomaría años.
El inmenso poder destructivo de estos asteroides
Los asteroides en cuestión miden entre 100 y 400 metros de diámetro. Por este motivo, tienen la capacidad de destruir ciudades enteras y causar incendios masivos y tsunamis.
Un impacto dejaría un cráter de más de tres kilómetros de ancho y generaría un millón de veces más energía que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, Japón, en 1945.