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El gobierno de Gustavo Petro ha sorprendido al país con una resolución que formaliza la designación de 18 excomandantes paramilitares como gestores de paz.
Esta medida, anunciada el 8 de noviembre, abre la puerta a una nueva mesa de negociación dentro de la política de Paz Total impulsada por el presidente.
A pesar de que estos exlíderes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) ya han negociado con gobiernos anteriores, como el de Álvaro Uribe Vélez, su regreso a los procesos de paz genera tanto expectativas como controversias.
¿Quiénes son los excomandantes de las AUC designados gestores de paz?
Entre los 18 exparamilitares nombrados gestores de paz se encuentran figuras prominentes como Carlos Mario Jiménez (Macaco), Diego Fernando Murillo Bejarano (Don Berna), Rodrigo Tovar Pupo (Jorge 40) y Salvatore Mancuso, quien ya había sido designado en julio de 2023.

Estos exjefes de las AUC fueron responsables de miles de crímenes durante el conflicto armado colombiano y algunos de ellos cumplieron condenas en Estados Unidos por narcotráfico.
La resolución permite que los excomandantes, a través de esta figura jurídica, obtengan beneficios judiciales, como la suspensión de sus órdenes de captura o de sanciones de cárcel, siempre y cuando se comprometan a participar en los esfuerzos de construcción de paz y no repetición.
Cabe destacar, sin embargo, que este gesto no implica que renuncien a sus procesos penales, ya que las investigaciones siguen su curso.
¿Cuál es el papel de los gestores de paz en la política de paz total?
Los gestores de paz no son negociadores en el sentido tradicional. No se espera que entreguen armas ni negocien desmovilizaciones, sino que su rol se centra en facilitar procesos de paz, promover la reconciliación y ayudar en la construcción de garantías de no repetición, mediante el uso de su experiencia y conocimiento sobre los grupos armados ilegales.
Según la resolución, estos excomandantes se comprometen a contribuir a la paz, utilizando su conocimiento de la historia del conflicto y las dinámicas del paramilitarismo en Colombia.

Aunque algunos de estos exjefes ya han desempeñado roles como mediadores en otros procesos de paz, como Macaco, quien había estado apoyando la mesa de paz urbana en Antioquia, su designación formal representa un paso más en la política de Paz Total de Petro, que busca dialogar con todos los actores armados del país, incluidos aquellos que ya no existen como grupos estructurados.
¿Qué sigue para la mesa de negociación?
El anuncio de la mesa de negociación con los excomandantes de las AUC llega tras un evento en el departamento de Córdoba, donde el presidente Petro propuso finiquitar el proceso de desmovilización de las AUC, que inició bajo el gobierno de Uribe Vélez hace más de 20 años. Petro señaló que el objetivo es terminar el proceso de paz iniciado en su momento, pero sin las traiciones que marcaron esa época.
Con Mancuso y otros excomandantes como mediadores, la resolución parece un paso hacia la reconciliación con un sector que jugó un papel crucial en la violencia del país.
¿Qué impacto tendrá esta decisión en el país?
Aunque la designación de los gestores de paz ha generado una gran expectación, su efectividad depende de cómo se gestionen las dinámicas de poder entre el Estado, los grupos armados ilegales y las víctimas del conflicto.
Los colombianos se mantienen atentos al desarrollo de esta nueva mesa de diálogo, esperando que la experiencia de estos exjefes paramilitares ayude a la construcción de paz, pero también temen que se puedan perpetuar las desigualdades y las impunidad que caracterizaron las décadas de violencia.
Esta es, sin lugar a dudas, una de las decisiones más controvertidas del Gobierno Petro, que podría redefinir el futuro de la paz en Colombia.









