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La tensión geopolítica preocupa a todos en medio del creciente conflicto entre Israel e Irán. Donald Trump, por su parte, decidió tomarse dos semanas para tomar una decisión sobre la intervención estadounidense en esa guerra: ¿Qué lo detiene?

La cautela del presidente Trump respecto a bombardear Irán se debe en parte a la preocupación por crear "otra Libia" si el líder supremo, el ayatolá Jamenei, es derrocado. Así se lo informaron fuentes cercanas al gobierno a The Post.

El jueves por la tarde, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, anunció que el presidente estaba esperando el momento oportuno antes de decidir si se uniría a los ataques de Israel "basándose en la posibilidad de que se celebren negociaciones con Irán en un futuro próximo".

Trump "no quiere otra Libia" si se mete en el conflicto entre Israel e Irán

Trump "no quiere que se convierta en Libia", declaró una fuente cercana a las deliberaciones del gobierno sobre la posibilidad de unirse a los ataques aéreos de Israel contra el programa nuclear iraní. Otros informantes indicaron que el presidente piensa ordenar ataques aéreos limitados para acabar con las instalaciones nucleares iraníes en Fordow y Natanz con bombas de 13.600 kilos que no pueden transportarse en aviones israelíes.

"Libia fue un compromiso de bombardeo mucho más amplio, y terminó siendo un cambio de régimen", señalaron y agregaron que "Si el régimen cae, entonces no será culpa de Trump, porque ese no es el objetivo de su ataque, que es muy limitado".

En los últimos días, el presidente ha mencionado específicamente la caída en la anarquía que sufrió ese país, rico en petróleo, durante una década en 2011, después de que Estados Unidos se uniera a la campaña de bombardeos de la OTAN para derrocar al dictador Muamar el Gadafi, según informaron tres fuentes cercanas al gobierno.

La amenaza de Trump hacia el líder supremo de Irán

Días antes, en su cuenta de Truth Social, el líder republicano afirmó que conoce la ubicación exacta de Jamenei, lo que lo convierte en un "blanco fácil" para las fuerzas norteamericanas. Sin embargo, el Gobierno no está interesado en "eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora".

"No queremos que disparen misiles contra civiles ni soldados estadounidenses. Nuestra paciencia se está agotando", alertó el mandatario en sus redes sociales, antes de encontrarse con su equipo de seguridad nacional para definir los próximos pasos.

Poco antes de la reunión, circularon rumores de que el Pentágono había enviado unas tres docenas de aviones de reabastecimiento a Europa, con el objetivo de apoyar a los cazas encargados de proteger las bases y al personal estadounidense en Medio Oriente, según informó The New York Times.