Mientras el desfile de Pekín encendía alertas por la exhibición de láseres e hipersónicos, Rusia y China intensificaron su cooperación naval. En agosto de 2025 realizaron ejercicios conjuntos en el Mar de Japón ("Maritime Interaction/Joint Sea 2025") con prácticas de antisubmarinas, defensa aérea y búsqueda y rescate. Días después, Moscú anunciópatrullas conjuntas en el Asia-Pacífico.
Además, este eje viene de coordinarse con Irán en el Golfo de Omán (marzo de 2025), en continuidad con los driles trilaterales que ya habían realizado en 2023-2024. Informes académicos y de agencias describen fuego real, abordajes simulados y un creciente intercambio táctico.
Qué ejercicios hubo y por qué importan
Los driles ruso-chinos de agosto incluyeron artillería y guerra antisubmarina en aguas cercanas a Vladivostok; Pekín anticipó además una patrulla marítima conjunta posterior en la región. Para Washington, Tokio y Seúl, estas rutinas buscan normalizar presencia combinada y probar tiempos de reacción aliados.
El patrón anual -confirmado por fuentes navales especializadas- sugiere aprendizaje por repetición desde 2021 y mayor interoperabilidad. Aunque no equivale a una alianza formal, sí eleva el riesgo de incidentes y errores de cálculo si coinciden con ejercicios de EE.UU. y socios en el mismo teatro.
Un bloque político más ancho
El 2 de septiembre de 2025, Xi Jinping recibió en Beijing a Vladimir Putin y Kim Jong-un en una cumbre que mostró sintonía política entre los tres. La foto de la tribuna, al día siguiente, reforzó la idea de alineamiento frente a Occidente y encuadró el desfile militar. En paralelo, se anunciaron pasos económicos y de cooperación que sirven de andamiaje a la coordinación de seguridad
Sumado a los driles con Irán, este entramado proyecta un "bloque de hecho" que combina maniobras, comercio energético y narrativa antihegemónica. Para los analistas, no es una OTAN espejo, pero sí una convergencia táctica que condiciona decisiones de Japón, Corea del Sur, Australia y ASEAN.
Qué significa esto para el riesgo de Tercera Guerra Mundial
El "eje" no implica que mañana haya una guerra abierta; sí baja el umbral de la tensión: más buques combinados en zonas sensibles, más armas de nueva generación (con láseres y hipersónicos en escena) y menos canales de control de armamento.
El resultado es un entorno donde una chispa -un choque de patrullas, un misil mal interpretado- puede amplificarse. Por eso, la diplomacia preventiva y los protocolos de comunicación entre fuerzas navales rivales son ahora tan críticos como el tamaño de las flotas.