

El príncipe William y Kate Middleton vuelven a estar en el centro de la polémica. Una escapada familiar podría convertirse en un nuevo escándalo legal.
Las imágenes de sus vacaciones han despertado indignación dentro de la Corona Británica. La reacción del Palacio no se hizo esperar y ya se habla de posibles demandas.
El episodio revive uno de los momentos más tensos vividos por la pareja en el pasado y plantea preguntas sobre los límites entre privacidad y exposición pública.
Vacaciones privadas de la realeza: la familia en la mira de los medios
El príncipe William y Kate Middleton fueron fotografiados recientemente durante unas vacaciones privadas en los Alpes franceses junto a sus hijos, George, Charlotte y Louis. Las imágenes, divulgadas por medios como Paris Match y Page Six, fueron captadas durante un receso escolar, mientras la familia disfrutaba de la nieve en aparente intimidad.

Aunque no se ha presentado una denuncia formal, The Telegraph reporta que los duques podrían emprender acciones legales contra los medios que difundieron las imágenes. La pareja es reconocida por proteger con firmeza su vida privada y consideran estas publicaciones una intromisión a su tiempo familiar fuera del foco público.
Antecedentes legales: el fantasma de 2012 vuelve a aparecer
La situación recuerda un polémico episodio vivido por los príncipes en 2012, cuando varias revistas francesas publicaron fotos de Kate tomando el sol en topless durante un viaje al sur de Francia. En ese entonces, William afirmó: "Mi esposa y yo pensamos que podíamos ir a Francia por unos días a una villa aislada propiedad de un miembro de mi familia y así disfrutar de nuestra privacidad".
El Palacio emitió un comunicado condenando la publicación de las imágenes como "totalmente injustificable". Añadieron que la invasión de privacidad era "reminiscente de los peores excesos de la prensa durante la vida de Diana, Princesa de Gales", lo que hizo el episodio aún más doloroso para la pareja.
Kate Middleton, privacidad y salud: una combinación delicada
El respeto por los momentos privados de la familia real ha cobrado mayor relevancia desde que Kate anunció en marzo de 2024 que estaba recibiendo tratamiento contra el cáncer. Durante gran parte del año, la princesa se mantuvo alejada de la vida pública, reforzando el llamado a los medios de evitar intromisiones.

La reciente publicación de imágenes de las vacaciones familiares podría interpretarse como una vulneración a esa necesidad de resguardo. En este contexto, cualquier intromisión se vuelve especialmente delicada y, según el historial legal de la pareja, podría desencadenar un nuevo proceso judicial por invasión de privacidad.











