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Una nueva fotografía del cometa interestelar 3I/ATLAS ha sorprendido a la comunidad astronómica. Captada por el investigador Qicheng Zhang con el telescopio Discovery del Observatorio Lowell, en Arizona (Estados Unidos), la imagen muestra al cuerpo celeste con un brillo verde intenso y aparente ausencia de cola.
Este fenómeno marca la segunda vez en cuatro meses que el cometa cambia de color, un evento poco común que ya genera múltiples hipótesis entre los científicos.
Tras pasar detrás del Sol, el cometa volvió a ser visible en los últimos días y puede observarse con telescopios de aficionado donde su inusual comportamiento, incluida una aceleración no atribuible al Sol, ha despertado nuevas teorías sobre su estructura interna.
Por qué el cometa 3I/ATLAS brilla de color verde
El resplandor verde del cometa tiene una explicación científica, alejada de cualquier hipótesis extraterrestre. Zhang utilizó un filtro especial para detectar partículas de carbono diatómico (C₂), una molécula que emite una luz verde cuando es excitada por la radiación ultravioleta del Sol.

Según el astrónomo, el cometa contiene moléculas grandes compuestas de carbono e hidrógeno que se fragmentan con la luz solar. Al romperse, generan los átomos de carbono responsables del brillo verdoso. Este mismo fenómeno se observó en septiembre, cuando el 3I/ATLAS pasó de un tono rojizo a verde debido a una mayor liberación de gases.
La ausencia de cola: una ilusión óptica
Aunque la imagen más reciente muestra al cometa sin cola, Zhang aclaró que esta no ha desaparecido. En realidad, el ángulo desde el que se observa el 3I/ATLAS hace que la cola quede alineada con el núcleo, lo que crea la ilusión de que no existe.
El astrónomo explicó al medio Live Science que el ligero brillo asimétrico en el lado izquierdo del cometa indica la presencia de una cola que se curva hacia atrás, siguiendo el movimiento del cuerpo estelar. Este efecto es habitual cuando los cometas alcanzan su perihelio, su punto más cercano al Sol, como ocurrió el pasado 29 de octubre.
El cometa interestelar que desafía a la NASA
La NASA confirmó que el 3I/ATLAS ha comenzado a acelerar por sí mismo, un comportamiento inusual, ya que los cometas suelen depender del empuje generado por la radiación solar. Este hecho alimentó diversas teorías, aunque los científicos insisten en que se trata de un fenómeno natural.
Algunos investigadores plantean que 3I/ATLAS podría ser un fragmento de un exoplaneta, desprendido tras una colisión en otro sistema estelar. De confirmarse, ofrecería una oportunidad única para estudiar materiales provenientes de fuera del Sistema Solar y comprender mejor la formación de planetas y cometas.

Un visitante de otro sistema estelar
Detectado originalmente en julio, el 3I/ATLAS es el tercer cuerpo interestelar conocido tras ‘Oumuamua y el cometa Borisov. Su paso por el Sistema Solar permite a los astrónomos analizar cómo se comportan los objetos que viajan entre estrellas y cómo interactúan con la radiación solar.
Con cada nueva observación, el 3I/ATLAS sigue desafiando las expectativas. Su brillo cambiante, su aparente falta de cola y su misteriosa aceleración lo convierten en uno de los objetos más enigmáticos del cielo nocturno en 2025.












