En los mapas todavía figura como una isla paradisíaca, pero en la práctica, está dejando de existir. No por guerra ni por desastres visibles, sino por algo más lento y silencioso: el avance imparable del mar. Las proyecciones son cada vez más alarmantes y no se trata de ciencia ficción: en menos de 30 años, podría quedar completamente sumergida bajo el océano.
Se trata de Tuvalu, una pequeña nación insular en el Pacífico Sur que hoy se ha convertido en símbolo global de la emergencia climática. Con una altitud máxima de apenas 4,5 metros sobre el nivel del mar, su desaparición no es una hipótesis remota: es una certeza anunciada por la comunidad científica.
Las olas ya entran a las casas
Los habitantes de Tuvalu viven un fenómeno que en otros países solo se ve en películas: el mar inunda sus hogares incluso en días sin lluvia. Las mareas altas atraviesan las calles, contaminan las fuentes de agua potable y erosionan las costas, reduciendo cada año la superficie habitable.
Según datos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el nivel del mar podría aumentar entre 43 y 84 centímetros para 2100, pero en islas como Tuvalu ya se vive un escenario extremo. Algunas proyecciones sitúan el punto de no retorno en 2050.
La situación es tan crítica que el gobierno del país ya ha iniciado un proceso de "digitalización nacional": están creando una réplica virtual del territorio para conservar su historia, cultura y derechos soberanos aunque el territorio físico desaparezca.
¿Tuvalu, un país entero obligado a migrar?
Tuvalu se prepara para un éxodo total. En colaboración con otros países, especialmente Nueva Zelanda, se está gestionando el asilo climático colectivo de su población, algo sin precedentes en la historia moderna.
Pero esta situación no es única. Naciones como Kiribati, Maldivas y las Islas Marshall también están en riesgo. La subida del nivel del mar, alimentada por el derretimiento de los polos y el calentamiento global, amenaza a decenas de regiones costeras, incluyendo zonas del Caribe y América latina.
El canciller de Tuvalu, Simon Kofe, lo resumió con una frase impactante ante la ONU: "No nos vamos a rendir, pero ya nos estamos preparando para lo peor".