El hallazgo de minerales como el oro en aguasprofundas ha despertado la atención de la comunidad científica y de organismos internacionales. Se trata de depósitos que no están a simple vista y que requieren tecnología avanzada para ser estudiados en detalle.
Desde hace décadas existen sospechas de que en el fondo marino podían encontrarse metales de gran valor económico. Los avances recientes en exploración han permitido confirmar que esas sospechas no eran infundadas y que los recursos están presentes en mayor cantidad de lo esperado.
La cuestión ya no es únicamente científica. El descubrimiento abre interrogantes sobre la posible explotación de estos recursos y sobre quién tendría derecho a administrarlos y beneficiarse de ellos.
Hallazgo sin precedentes: encuentran oro en el fondo de un océano
Investigaciones publicadas en la revista Economic Geology confirmaron que algunas formaciones volcánicas submarinas del Océano Pacífico, como el Axial Seamount y la Southern Explorer Ridge, contienen concentraciones elevadas de oro en depósitos de sulfuro polymetal.
En Axial Seamount se encontraron muestras con hasta 6700 ppb de oro, con un promedio de 4900 ppb, mientras que en Southern Explorer los valores alcanzaron 500 ppb (promedio 660 ppb). Estos depósitos se originan en sistemas hidrotermales conocidos como fumarolas negras.
Allí, los fluidos calientes ricos en minerales se enfrían al contacto con el agua oceánica y forman acumulaciones de sulfuros que concentran metales como cobre, zinc, plata y oro.
Desafío global: quién controla el oro ubicado en el fondo marino
El hallazgo también tiene un componente político y económico. Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), los recursos hallados fuera de las zonas económicas exclusivas de los países pertenecen al patrimonio común de la humanidad. Esto significa que no pueden ser explotados de manera unilateral.
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) es la encargada de supervisar las actividades de exploración y regular cualquier intento de extracción. El objetivo es que, en caso de que se exploten estos recursos, exista un marco legal que asegure la distribución equitativa de los beneficios y, al mismo tiempo, la protección del medioambiente marino.