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El recorrido partiendo desde el sur de Portugal hasta Singapur se ha consolidado como la ruta en tren continua más extensa del planeta: 21 días y cerca de 18.755 kilómetros que cruzan paisajes urbanos y remotos, de la península ibérica a la jungla sudasiática. Más que un récord, es una experiencia que mezcla transporte, turismo y una logística única.

La ruta atraviesa ocho países y varias capitales emblemáticas, pasando por París, Moscú y Pekín antes de internarse en el sudeste asiático por Laos, Tailandia y Malasia hasta llegar a Singapur. Para los amantes del ferrocarril, la apertura del tramo laosiano en 2021 fue el eslabón que permitió conectar por vía continua Europa con el extremo oriental de Asia.

El itinerario del viaje en tren más largo del mundo

El viaje comienza en el Algarve portugués y atraviesa la península ibérica, Francia y Alemania hasta llegar a la Europa del este. Moscú funciona como polo neurálgico donde se calibran conexiones hacia Siberia y Mongolia; desde ahí, el tren avanza hacia China, con parada en Pekín, y luego desciende al sureste asiático.

Este tren va desde Portugal hasta Oceanía (Fuente: archivo).
Este tren va desde Portugal hasta Oceanía (Fuente: archivo).Fuente: ShutterstockDenis Belitsky

En el tramo entre China y Singapur, el paso por Laos se ha convertido en la pieza que hizo posible la travesía completa. Viajantes y expertos destacan la diversidad de paisajes y la sucesión de culturas como el principal atractivo del itinerario.

Cuánto vale el pasaje para este tren

Empresas y operadores estiman que el coste aproximado del billete para todo el trayecto ronda los 1200 euros, sin incluir comidas ni noches en las paradas. Quienes eligen hacerlo suelen combinar segmentos en coche-cama con estancias planificadas en ciudades emblemáticas.

Planificar alojamiento, visados y conexiones fronterizas es parte esencial del viaje: la continuidad ferroviaria no elimina la necesidad de gestionar permisos y reservas locales, especialmente al cruzar varios países con normativas distintas.

Por qué atrae a los viajeros

La posibilidad de unir continentes sin volar seduce a un público que busca vacacionar con ritmo pausado, observar paisajes y relacionarse con el transporte como parte de la experiencia. Para muchos, el atractivo estriba en la combinación de comodidad y aventura que ofrece este periplo.

Aunque no es la opción más rápida, la ruta brinda una alternativa singular para recorrer Europa y Asia: una sucesión de estaciones históricas, cambios de escenario y la sensación de atravesar el mundo a fuego lento.