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En los últimos meses, los amantes de la gastronomía en Colombia han vivido una mezcla de tristeza y sorpresa al enterarse de que varios espacios culinarios emblemáticos han cerrado sus puertas.

A esta lista se sumó recientemente La Cocina de Pepina, un restaurante que supo crear recuerdos entrañables entre sus comensales y que se vio obligado a despedirse de su sede en la capital.

Hasta hace poco, este restaurante, reconocido por sus sabores costeños y la calidez de sus platos, seguía siendo un punto de referencia para quienes buscaban una experiencia auténtica en Bogotá. Sin embargo, mediante un comunicado publicado en sus redes sociales, los responsables confirmaron el cierre definitivo de su operación en la ciudad.

Cierre definitivo tras quince años de vida

Este cierre representa el fin de una trayectoria notable: La Cocina de Pepina había celebrado recientemente sus quince años desde la apertura en Cartagena, llegando a Bogotá hace aproximadamente dos años.

La sede en la capital, ubicada en la prestigiosa zona G, se despidió definitivamente a finales de enero de 2025, según información recogida en medios locales.

Pese al afecto acumulado, las razones del cierre no fueron detalladas. Las fundadoras mencionaron que los resultados obtenidos en esa sede no alcanzaron las metas proyectadas. Este tipo de cierre evidencia que incluso locales queridos, con años de emotiva presencia social, enfrentan desafíos sostenidos que pueden llevarlos a decir adiós.

Legado culinario y emocional en Bogotá

A lo largo de su corta estancia en la capital, el restaurante logró convertirse en un referente de la cocina costeña. Gracias a la visión de María José Yances Guerra, conocida como "Pepina", logró transmitir la riqueza gastronómica del Sinú, Sucre y Bolívar a través de ingredientes regionales como ají, casabe, ñame, queso criollo y berenjena, entre otros.

Además, su carta y su propuesta generaron vínculos afectivos con sus comensales. En el mensaje de despedida, el equipo invitó a sus clientes a pasar, tomarse fotos, disfrutar sus platos favoritos y vivir una última celebración colectiva.