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Una vez más nos toca recordar la historia del Negroni. Y no lo digo con desgano, por el contrario, me alegra que este coctel y su celebración siga más vigente que nunca. Esta vez, llega la 13ra edición de la Negroni Week, que será del 22 al 28 de septiembre en los bares y restaurantes de todo el mundo.

Desde luego, el desafío es escribir algo diferente, algo que ya no se haya dicho. Pero, como dice la gran diva de la televisión argentina "el público se renueva", y para ellos la historia del Negroni puede ser una noticia y una novedad.

Cuando las matemáticas no fallan

¿Sabías que 1 + 1, no siempre es 2? Esto es porque las sorprendentes matemáticas desafían la lógica común y te hacen ver los números de otra manera. Y así resulta que 1 + 1 es igual a 7. Lo sigo leyendo y sigo sin entender, porque las matemáticas nunca fueron mi fuerte.

Pero otras cuentas sí que las tengo claras. En el universo de los bares, hay cócteles que son conocidos como "equal-parts" o de partes iguales, que resultan fáciles de componer y exquisitos.

Lo digo porque cuando sumo 1 parte de gin + 1 parte de vermut rosso (o sweet) + 1 parte de bitter rojo = no es 3, es 1 Negroni; es increíble, pero esta cuenta tan sencilla nunca falla.

Sera porque el éxito del Negroni, se debe en parte, a esta deliciosa mezcla de partes iguales que resume, el perfume y la fuerza del gin, los botánicos del vermut y el sabor dulce amargo del bitter; vestidos de un color único digno de una red carpet.

La historia

Amo la historia de los grandes vinos como el Champagne o el Porto, de las bebidas como el whisky o el Cognac, y ni que decir de los cocteles.

El Negroni es uno de estos combinados con una historia rastreable que se remonta a principios del siglo XX. Sus orígenes se documentan en el libro "Sulle Tracce del Conte: La Vera Storia del Cocktail Negroni", escrito por Lucca Picchi, barman del Café Rivoire en Florencia, Italia.

Según su relato, el coctel fue creado en el Café Casoni en Florencia, allá por el año 1919.

Luca Picchi encontró al hijo de Scarselli y a varios artículos publicados en los 60' por la Asociación de Bartenders de Italia, que le atribuyen la creación del cóctel.

Pero lo más complicado fue seguir la pista del Conde. Según Luca, habría nacido en Florencia en 1868. A los 19 años, se marchó a Estados Unidos. En 1904 regresó a su ciudad natal, y se convirtió en un habitué de los mejores bares aristocráticos de Florencia, donde vivió hasta su muerte en 1934. También anduvo por Londres, lo cual es indicio de su gusto por el gin.

Los antecesores

No podemos obviar que para que exista el Negroni, hubo otros cócteles que lo precedieron, y un aperitivo fundacional de una categoría, creado por Gaspare Campari en Milán en 1860; un bitter mezcla de alcohol, azúcar y botánicos amargos, de sabor agradable, y un color rojo disruptivo para la época.

Pero viajemos, precisamente a la época. A finales del 1800 en la aristocrática Italia del norte, la gente paseaba por los cafés a última hora de la tarde y pedía un aperitivo antes de ir a cenar. Una bebida popular alrededor de 1860/1870 fue el Mi-To: la abreviatura de un Milano-Torino, las ciudades de origen del novedoso bitter rojo y del vermut dulce, respectivamente. Nuevamente, un fórmula simple que no falla: un parte del bitter y una parte del vermut rosso, con hielo.

Alrededor de 1900, hubo una oleada de turistas estadounidenses en Italia. El Mi-To se modificó con un poco de soda y hielo, y surgió otra bebida clásica. La leyenda dice que la bebida fue tan adorada por los turistas, que el Mi-To pasó a llamarse Americano.

Unos años después, un rayo golpeó en el mundo de los cócteles cuando un tal Camilo Negroni entró al Café Casoni (ahora Café Roberto Cavalli) en Florencia, y pidió al barman Scarselli algo más potente que el regular Americano. Scarselli reemplazó la soda con gin y añadió un toque de naranja para diferenciarlo del Americano (que lleva piel de limón) y así nació el Negroni.

La receta

La verdad es que preparar un Negroni, es tan simple que, hasta haciéndolo mal, queda rico. Quizás ese sea el secreto de su éxito.

Se colocan partes iguales (3 cl.) de vermut dulce (o rosso), de bitter Campari y de dry gin, en un vaso mezclador con hielo. Se giran los hielos durante 20". Luego, se sirve en un vaso corto con hielo y, por último, una piel de naranja que agrega el delicioso perfume de sus aceites esenciales.

Gary "Gaz" Regan, autor de "Drinking La Dolce Vita: El Negroni", lo definió de manera certera: "El Negroni es una de las fórmulas de bebidas más simples y elegantes, me encanta por su historia, porque cuando lo preparas, tienes mucho que contar para entretener a los clientes, eso es lo que todos buscamos en un cóctel: no solo un buen gusto, sino un mundo detrás". Hermosas palabras de uno de los escritores más célebres de la comunidad de bartenders.

Es que, de verdad, el Negroni es la suma de tres bebidas en las que abundan los botánicos, sin embargo, ninguna soslaya a la otra, son como almas gemelas que se complementen entre sí y cada una permite que la otra brille.

Apartado

La Negroni Week, es una semana de celebraciones y actividades, en los bares y restaurantes del mundo, que homenajea al icónico coctel italiano. Además, busca recaudar fondos para la organización Slow Food mientras que propone encontrar múltiples formas de creatividad en la variación de los tres ingredientes clásicos de este trago. Visita a tu bartender favorito y pedí el Negroni de autor.

Los herederos

Se cuenta que hubo algunos oportunistas y aventureros, que se presentaron como descendientes del Conde, pero jamás pudieron probar ningún parentesco. Sus únicos herederos son las variaciones del mismo coctel, y todos sus fans, que lo seguimos desinteresadamente, porque existe un Negroni para cada estado de ánimo.

Muy cerca del clásico, y como opción para salir de la zona de confort, es el Boulevardier, una versión que agrega el sabor dulce y amaderado del whisky americano Bourbon (que sustituye al gin).

Si estas para algo más seco, el Cardinale, que reemplaza el vermut dulce por un vermut dry o extra dry, dándole un giro más floral y cítrico.

Si sos muy fan del vino, y siempre tenés una botella de espumoso bien fría en la heladera, te propongo el Sbagliato, una variante accidentada del Negroni, que me encanta. Creado por un cantinero en Milán que tomo por error, una botella de vino espumoso blanco, en lugar de gin.

Si estas con ganas de innovar, te sugiero el Agavoni que está ganando popularidad en Estados Unidos con los florecientes Tequilas y Mezcales. El ahumado y el aroma vegetal de una bebida a base de agave envejecida le da una nueva dimensión al Negroni.

Para un momento de lectura, la opción es el café y un Port Negroni, reemplazando el vermut rosso por un Porto dulce.

Es que desde que comenzó la Negroni Week, hay una especie de amigable competencia entre bartenders de proponer cada uno "Su Negroni", con la idea de potenciar aún más la gracia del coctel.

Negroni, el mejor compañero de ruta

En la era del Instagram, el Negroni es una estrella, su alegre y brillante color rojo hace que cualquier foto luzca divina y sume miles de likes.

Un clásico como pocos, lo que significa que no importa en qué lugar del mundo te encuentres, si pedís un Negroni, no va a fallar; incluso prepararlo en casa es fácil y siempre vas a quedar bien con tus invitados.

Pero lo que más ayudo a su popularidad es, sin duda, su aceptación. El Negroni lo podés beber en tu bar favorito o un restaurante que se precie de tener una barra sencilla pero honesta. Además, se disfruta en tu balcón un domingo cualquiera cuando cae el sol y te viene la depre, en un after office para olvidarte de un día tenso de trabajo, o en la previa de un asado mientras vas poniendo la mesa. Lo podés saborear con una tira de asado (ni lo dudes), con una pizza Margarita, unas berenjenas a la napolitana, una ensalada de burrata, prosciutto y hojas verdes, o unas pastas con tomate y pepperoni, con todo eso y más, porque el Negroni es un compañero incansable de ruta.