
Con una inflación a la baja y un Gobierno que continúa ejerciendo presión sobre el dólar para evitar una devaluación del tipo de cambio, algunos aumentos siguen pisados y frenados por la administración Milei.
Uno de ellos es el del vino, una bebida de la que disfrutan miles de argentinos y que, en los últimos meses, no aumentó para sorpresa de los clientes de todo el país.
Cabe destacar que, según un informe de Vinodata -un centro de investigación dedicado al mercado de este producto, asociado al Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET-, hubo incrementos en el precio de góndola, pero este siempre estuvo por detrás del Índice de Precios al Consumidor (IPC) estimado por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC).
Tal como detalla el informe, el Índice de Precios del Vino (IPV) aumentó un 1,1% en abril de 2025 respecto de marzo, muy por debajo de la inflación del 2,8% anunciada por el INDEC para ese mes.

Asimismo, en los últimos doce meses el IPV acumuló una suba del 35,9%, contra un 47,3% de inflación general, lo que indica que, en promedio, el vino aumentó menos que otros productos de la economía.
Es menester destacar que el Índice de Precios del Vino de Vinodata se construye con base en el relevamiento mensual de precios online, ponderados por una encuesta de consumo nacional que refleja los hábitos de compra en todo el país.

¿Cuánto cuesta una botella de vino en la Argentina?
El informe detalla distintos niveles de precios para abril:
- Precio de una botella representativa (promedio ponderado): $ 6.605
- Precio de una botella típica (mediana): $ 18.300
- Precio promedio simple de las etiquetas relevadas: $ 32.733
La muestra relevada incluyó 5.495 etiquetas de vinos argentinos de todas las provincias productoras, con una fuerte predominancia de Mendoza (75,8%), seguida por Salta, San Juan, y otras regiones vitivinícolas del país.

¿Cuáles fueron los vinos que más subieron de precio?
Los vinos más económicos (hasta $ 4.347) fueron los que menos aumentaron en el último año -tan solo 27,6%-, por otra parte, las demás franjas de precios mostraron aumentos anuales de entre 34% y 42%.
En abril, apenas el 10,4% de las etiquetas registró subas, y el aumento promedio entre esos vinos fue del 8,2%, lo que indica una desaceleración respecto de meses anteriores.
Con estos números sobre la mesa, queda evidenciado que los precios continúan competitivos y la gama más austera es moderada si se trata de subas.














