El presidente de Grupo Techint, Paolo Rocca, habló de un cambio de ciclo y la necesidad de recuperar una política industrial. “Tenemos que hacer política monetaria y política industrial”, dijo Rocca en la 31° Conferencia Industrial.

Apoyó el orden macroeconómico y el equilibrio fiscal, pero pidió que la apertura sea de manera inteligente y pondere en qué sector se puede dar una apertura mayor. “Es probable que algún sector que no tiene vigencia estratégica en un país como el nuestro, pero otros necesitan una transición apoyada”, agregó Rocca.

Se mostró a favor de las reformas tributaria y laboral, y si bien criticó la ultraactividad de los convenios colectivos, confió en que se puede hacer una reforma consensuada.

El jefe de la T explicó que el mundo que se abrió desde la caída del Muro de Berlín ya “no existe más” y que China desafió la hegemonía de Estados Unidos en todos los ámbitos.

Paolo Rocca y Martín Rappallini en la Conferencia de la UIA
Paolo Rocca y Martín Rappallini en la Conferencia de la UIA

La apertura de esta disputa plantea un desafío para los países: “Implica volver a pensar política industrial, que significa pensar desarrollos sectoriales, qué áreas se van a defender y donde es necesario promover la transformación y la intervención activa en los objetivos a largo plazo”.

En este sentido, sostuvo que Argentina tiene la dimensión para insertarse en el contexto con los recursos naturales, pero que es necesario asociar lo que hace el Gobierno, el “fuerte reordenamiento de la economía”, con una política industrial, “un término que ha sido desprestigiado por los abusos y la falta de transparencia”.

“Tenemos que hacer política monetaria y volver a hacer política industrial. Argentina es un país grande que no puede apoyarse solo sobre alguna cadena de valor, sea energía, agroindustria, minería”, planteó el empresario, quien destacó la diferencia en materia de exportación al ilustrar que Argentina tiene exportaciones de mil dólares per cápita, mientras que en China asciende a u$s 4000, y en Australia trepa a u$s 10.000.

En este sentido, remarcó que la asociación entre industria e innovación asiste a la transformación de la industria pero también a la calidad institucional y la creación de empleo de calidad.

“Tenemos que pensar cómo promovemos un desarrollo racional. Este Gobierno ha afirmado el equilibrio fiscal, con el cual estamos de acuerdo”, dijo Rocca, quien agregó que es necesaria una apertura racional, que implica determinar una política industrial, “en qué cadena apoyamos, en qué cadena aceptamos un rol distinto”.

“¿Cómo guiamos estas decisiones?“, se peguntó el empresario, quien planteó la alternativa de que las fuerzas actúen libremente, siendo estas el exceso de capacidad de China y la dificultad local de competir, o la de ”tener un diálogo. Estoy a favor de una visión reconociendo los límites de la política industrial, pero también los méritos”.

“Es probable que algún sector que no tenga vigencia estratégica en un país como el nuestro, pero otros necesitan una transición apoyada”, subrayó el industrial quien sostuvo que hay que repensar los términos de la política industrial” porque “ayudaría a analizar los factores de competitividad sobre los cuales podríamos construir una producción creciente, con capacidad de incorporar tecnología”.

Reformas

El pope industrial se mostró a favor de las reformas tributaria y laboral, y agregó que es necesaria una educativa.

“Necesitamos una macro estabilizada y lo estamos logrando. Necesitamos calidad institucional y estamos avanzando. Hay que reducir la carga impositiva, reducir la informalidad, ampliar la base de recaudación con el principio de equilibrio fiscal y de distribuir o mantener un peso del Estado acotado, pero distribuir la carga sobre un sector más amplio”, marcó y subrayó que la presión hoy recae sobre el sector formal.

También agregó que es necesario el acceso al crédito, y que las reformas pueden ayudar en este sentido. Pidió también no desalentar la exportación.

En materia laboral, se mostró preocupado por los juicios y pidió que la reforma se ocupe de este tema y de reducir la informalidad, además de trabajar en una flexibilidad que incremente la producción.

También se refirió a la ultraactividad de los convenios colectivos de trabajo, un punto fuerte en la negociación por la reforma. En este sentido, planteó que esta “siempre ha sido un freno al cambio, pero se puede llegar a una reforma construyendo consensos sobre esto y la posibilidad de transformación positiva del sistema industrial”.

Además, marcó que es importante una reforma educativa y reflotar la inversión en infraestructura, porque las empresas necesitan una logística eficiente.

Sobre el vínculo con el Gobierno, planteó que aspira a que la UIA pueda construir “un diálogo constructivo en una segunda fase, después de una primera de estabilización, cuando se puedan encarar los temas de inserción internacional, de defensa de las cadenas de valor esenciales y de apoyo a los sectores que tienen perspectivas de crecimiento y liderazgo global”.

“Si damos tiempo y promovemos la transición, Argentina tiene todas las características, los recursos y la capacidad para construir un futuro extraordinario”.