A poco más de un año de tocar por primera vez en la Argentina, Carl Barât, uno de los líderes de The Libertines, una de las bandas más representativas del rock británico de este siglo, y alma mater de Dirty Pretty Things, vuelve a actuar esta noche en Buenos Aires, en Vorterix. Lo hará junto al baterista Gary Powell, su compañero de ruta en ambos grupos.

En abril del año pasado, Barât llegó a la Argentina para presentar en el BAFICI el documental “There Are No Innocent Bystanders”, que retrata la reunión de The Libertines, junto a Pete Doherty, en los festivales británicos de Reading y Leeds en 2010.

“Me encanta Buenos Aires, la verdad que el año pasado me sorprendí al encontrar en un lugar tan lejos de Londres una cultura y una historia tan rica; la ciudad es hermosa, también la gente, la actitud, la comida, el vino, ¿qué podría no gustarme?”, se pregunta Barât, en diálogo con El Cronista.

-El año pasado tocaste muchos temas de los Libertines. ¿Qué planeás hacer en este show?

-Creo que al no haber venido acá antes con los Libertines, la gente está esperando escuchar temas de la banda. Pero también voy a tocar algunos temas nuevos, algunos del disco anterior y de Dirty Pretty Things.

-¿Cómo estará integrada la banda?

-Antes del show van a tocar Místicos y Fantasmagoria, dos bandas argentinas, y dos de los músicos de Místicos van a sumarse después a Gary y a mí para tocar los temas eléctricos.

-¿Cuáles son las expectativas para el show?

-Una de las cosas que más me gustan de Sudamérica es la pasión de la gente en los shows, una pasión que no ví en ningún otro lado fuera de Glasgow. Eso es lo que espero en el show en Buenos Aires, sentir esa pasión de la gente.

-Se suele decir que Libertines y Dirty Pretty Things son bandas herederas del sonido del punk inglés de los 70. Trabajaste con Mick Jones (The Clash) como productor, tocaste con Johnny Marr (The Smiths), ¿te sentís cómodo en esa definición?

-Se pueden trazar algunas líneas de asociación con el punk, venimos del mismo lugar, representando las mismas cosas; el sonido tiene mucho que ver, también por lo cultural y por el sonido de las guitarras, porque usamos guitarras vintage, así que sí, hay relación, pero tampoco creo que nos defina.

-También trabajaste con músicos de Arctic Monkeys en The Bottletop Band, en beneficio de una entidad de caridad. ¿Ese proyecto sigue en pie?

- La verdad es que fui al estudio para tocar en un tema, que después salió en un disco. Después de eso, en los últimos tres años, a cada lugar del mundo que voy, me preguntan siempre por esa banda, que en realidad no es una banda, sino un rejunte para ese trabajo puntual. Fue para beneficencia, y apoyo la causa, pero no más que eso.

-¿Qué recuerdos tenés de la reunión de los Libertines en 2010, para los conciertos en Reading y Leeds?

- Fue una experiencia increíble, pero sólo fueron dos shows.

- ¿Hay alguna posibilidad de que se vuelvan a juntar en el corto plazo y salgan de gira?

- Siempre existen posibilidades de juntarnos, pero para venir a la Argentina creo que Pete tendría algunos problemas en el control de pasaportes (risas). Siempre es posible, pero ahora estamos haciendo cosas diferentes. Uno nunca sabe.