El 13 de agosto David Ellison reunió a su equipo de directivos en el predio en Hollywood de Paramount Pictures, en el comienzo de una nueva era en el estudio fundado hace 113 años. “Una de nuestras mayores prioridades será restablecer a Paramount como el destino número 1 para los artistas y cineastas más talentosos del mundo”, afirmó Ellison, mientras jugaba con su anillo Oura y miraba a los periodistas congregados en la despensa del estudio.

En la siguiente media hora aceptó preguntas eludiendo las consultas sobre su relación con el presidente Donald Trump, a la vez que elogiaba a CBS News y se jactó de sus planes de más películas de Star Trek y Transformers. Después se retiró para almorzar aunque no comió mucho. Mientras subordinados y agentes de relaciones públicas trataban de persuadir a los periodistas para que interrogaran a los lugartenientes de Ellison, todos se peleaban por pasar tiempo con el más reciente magnate de Hollywood.

Ellison acaba de culminar una transacción por u$s 8000 millones que lo convirtió en el accionista dominante y director ejecutivo de Paramount, propietaria de CBS, MTV y el estudio homónimo. La operación tardó dos años y atravesó dos gobiernos estadounidenses y cuatro CEO en Paramount. Shari Redstone, la anterior accionista dominante, rechazó en un comienzo la oferta de Ellison, reacia a desprenderse de una preciada posesión familiar. Cuando se decidió a vender, su propio CEO y varios miembros del directorio pusieron objeciones y se retiraron.

Ella siguió adelante aunque tuvo dudas a último momento, sin decidirse si quería llegar a un acuerdo o si Ellison era el comprador correcto. Cuando finalmente llegaron a un arreglo en julio de 2024, eso fue apenas el comienzo de otro drama. El gobierno de Trump demoró por meses la transacción; sólo la aprobó cuando CBS pagó u$s 16 millones para resolver una demanda judicial referida a la edición de una entrevista a la candidata presidencial demócrata Kamala Harris.

Ellison nunca tuvo dudas y el premio a su paciencia es una compañía que lleva un decenio en decadencia. El padre de Redstone levantó su imperio mediático a partir de las cadenas de cable MTV, Nickelodeon y Comedy Central, todas las cuales perdieron audiencia frente a los servicios de streaming y las redes sociales. El estudio cinematográfico se marchitó por la falta de inversiones, y lleva dos años y medio perdiendo dinero. Y Paramount+, el servicio de streaming de la compañía, es apenas una fracción del tamaño de sus rivales. La gente pasa menos tiempo viendo Paramount+ que Amazon, Disney+, Hulu o Netflix, por no hablar de YouTube. Algunos analistas alegan que Paramount simplemente debería cerrarlo.

El predio de Paramount en Hollywood.Fuente: BloombergBloomberg

Entre sorbos de una Coca Diet Ellison asegura que tiene un plan para revertir las cosas. Paramount debería eliminar al menos u$s 2000 millones de su presupuesto identificando puntos ineficientes. Aunque Ellison no dio una fecha, la compañía se disponía a despedir a miles de empleados y a achicar la programación de sus redes de cable, indican varias personas familiarizadas con las ideas de la compañía. También se ha discutido la venta de bienes raíces y canales de TV en América latina. Pero al mismo tiempo dijo que invertirá en la renovación de Paramount+.

Antes de eso se ha mantenido ocupado. Cerró un acuerdo por u$s 7700 millones por los derechos exclusivos del Ultimate Fighting Championship, arrebató a Netflix los productores de Stranger Things, y negoció una sociedad con Legendary, el estudio detrás de las franquicias de Dune y Godzilla. Tener tiempo para cerrar acuerdos “fue uno de los beneficios de la demora”, declaró Ellison a Bloomberg News en agosto luego de la firma del convenio con UFC. “No hay muchos, pero este es uno de ellos”, agregó.

Ellison se negó a ser entrevistado para este artículo, que se basa en entrevistas con una veintena de empleados y socios empresarios, mucho de los cuales no quisieron que se los mencionara al referirse a conversaciones privadas.

Todos en Hollywood quieren que Ellison inyecte nueva energía en un estudio legendario, parte de una compañía que ha padecido años de mala gestión y disputas internas. Si tiene éxito podría contribuir a revitalizar una industria que se tambalea. Decenas de miles de personas perdieron sus trabajos en Hollywood debido a la caída de la TV por cable, el traslado de la producción al exterior, dos huelgas y la pandemia.

Estudios que alguna vez definieron la cultura cedieron su poder a intrusos de Silicon Valley, como Instagram, Netflix o YouTube. Para Ellison “es muy importante” tener éxito, opinó Ari Emanuel, CEO y presidente de TKO Group Holdings Inc., agente de estrellas y promotor deportivo y de entretenimiento. “Entonces habrá otro estudio en el sistema, una compañía que se preocupa de verdad por las películas y la TV y los deportes, y otro oferente con grandes recursos”, acotó.

Ellison nació y se crió en Woodside, California, una pequeña ciudad a unos pocos kilómetros del epicentro de Silicon Valley. Tiene 42 años, lo que lo convierte en el CEO más joven de una empresa de medios relevante y el único que llegó a la madurez junto con Internet. Es sangre nueva en una ciudad dirigida por una gerontocracia. “Llevo mucho tiempo en este negocio. Él piensa diferente y habla diferente”, explicó Jeff Shell, presidente de Paramount y exCEO de NBCUniversal Media.

No todos tienen tanta confianza. Ellison no posee experiencia en la conducción de una compañía de este tamaño, y sus promesas de renovación tecnológica son vagas. El arreglo con UFC sorprendió a los rivales, ninguno de los cuales se había acercado a su oferta; Paramount pagó a la liga más del doble de lo que recibía según los convenios anteriores. Antes incluso de asumir, Ellison se peleó en público por razones contractuales con los creadores de South Park, uno de los activos más valiosos de la compañía.

A algunos miembros de la división de noticias les preocupa que Ellison vaya a sesgar la cobertura para aplacar a Trump. La compañía resolvió sacar del aire a Stephen Colbert, un famoso crítico de Trump, en una decisión que se adoptó antes de la asunción de Ellison. Cuando se le pidió que diera detalles de sus planes durante el almuerzo después de la conferencia de prensa, Ellison pronunció la misma respuesta: “Llegamos hace apenas una semana. Apenas estamos conociendo la compañía”.

Uno de los mayores motivos para creer en Ellison es su apellido. Financió la operación con dinero de su padre, Larry, que a septiembre era el segundo hombre más rico del mundo según el Indice de Multimillonarios de Bloomberg, y de RedBird Capital Partners, una firma de capitales privados encabezada por Gerry Cardinale, exbanquero de Goldman Sachs Group Inc..

Paramount parece ser el primer paso en la idea de los Ellison de un nuevo tipo de gigante de los medios. El 11 de septiembre Bloomberg News informó que la familia aprestaba una oferta por la firma rival Warner Bros Discovery Inc., indican personas al tanto del tema. (Paramount y Warner Bros se negaron a hacer declaraciones). Trump también había echado a correr la idea de que Larry, el cofundador de Oracle Corp., comprara TikTok, una sugerencia a la que en principio ni Larry ni Oracle se habían referido de manera oficial.

El control familiar de la compañía les permite pensar a largo plazo en vez de concentrarse en resultados trimestrales. “Nuestro accionista principal es el segundo hombre más rico del mundo -recuerda Shell-. No está nada mal”. David es reacio a conversar sobre la participación de su padre, aunque Oracle y Paramount ya están en conversaciones acerca de un convenio de software por u$s 100 millones que convertiría a la empresa de medios en uno de los principales clientes de Oracle. Larry ha eludido a la prensa en los últimos años y el arreglo está armado de manera que sea David quien esté oficialmente al mando. Pero otra vez, Larry no es dueño de u$s 360.000 millones por haber sido un sentimental.

Larry y Barbara Boothe, la madre de David, se divorciaron en 1986, cuando David tenía tres años. Boothe fomentó la cinefilia de su hijo y los fines de semana lo llevaba a él y a su hermana Megan al cine. David, Megan y su madre acumularon unos 3000 VHS; algunos de los favoritos en la casa de los Boothe eran Star Wars y Terminator. David fue pasante de Oracle en la escuela secundaria pero al final se anotó en la Escuela de Artes Cinemáticas de la Universidad del Sur de California para buscar una carrera en Hollywood. No terminó los estudios.

Larry, Megan y David.

Ellison ha dedicado su carrera a tratar de demostrar que no es un hijo favorecido. Muchos aspirantes a cineastas se trasladan a Los Angeles en busca del estrellato. Poco consiguen debutar financiando y actuando en una cinta de u$s 60 millones sobre pilotos de la Primera Guerra Mundial protagonizada por futuros candidatos al Oscar como James Franco. Tampoco son muchos los que a los 27 años consiguen recaudar u$s 350 millones de JPMorgan Chase & Co para una productora después de que su primera película, Flyboys, haya sido un fracaso de taquilla. (Los nombres tanto de la compañía, Skydance, como de la película se inspiraron en el amor de Ellison por los aviones, quien ha sido piloto desde la adolescencia).

“Cuando empecé todos me preguntaban si él iba a la oficina”, evoca Dana Goldberg, quien se unió en 2010 a Skydance para supervisar su cronograma de películas. La gente pensaba que Ellison era una “chequera ambulante que descansaba en barcos de lujo”.

En los primeros 15 años de carrera David ni siquiera fue el hijo más destacado de Larry en Hollywood. En 2011 Megan fundó Annapurna Pictures LLC, con la que financió películas de cierta osadía artística de directores como Paul Thomas Anderson, Kathryn Bigelow, Spike Jonze o David O. Russell. Esas películas merecieron varias candidaturas al Oscar, incluso a mejor película (La noche más oscura de Bigelow, Ella de Jonze, Escándalo americano de Russell y El hilo fantasma de Anderson).

La generosidad de Annapurna rápidamente hizo popular a Megan. David, en cambio, financiaba grandes películas de acción como Jack Reacher, adaptación protagonizada por Tom Cruise de la exitosa serie de libros de Lee Child, o Guerra Mundial Z, un thriller de ciencia ficción protagonizado por Brad Pitt. El día previo a que Megan recibiera su cuarta candidatura al Oscar por El hilo fantasma, la nueva versión de Baywatch de Ellison competía por cuatro premios Razzies, que distinguen a las peores películas del año. (Sólo obtuvo uno: el que se otorga a películas que los votantes creen que no debían haber sido postuladas).

Megan trataba a Annapurna como una benefactora del arte y acudía a su padre cuando necesitaba fondos. David negociaba con Larry como si fuera un inversor real, recaudaba dinero externo y organizaba reuniones habituales con el directorio. Un amigo de Larry, David Geffen, juntó a los hermanos con abogados en uno de los principales bufetes de Hollywood, Ziffren Brittenham.

Fue Skip Brittenham quien ayudó a que en 2010 Skydance Media se quedara con el acuerdo para cofinanciar películas producidas y distribuidas por Paramount Pictures. La primera colaboración con Ellison fue Temple de acero, que embolsó u$s 252 millones y 10 candidaturas al Oscar. Hasta el día de hoy es la película con más nominaciones de Skydance.

“No hay dudas de que al principio la gente pensaba que corría con ventaja -dice Rob Moore, quien entonces era vicepresidente de Paramount Pictures-. Había escepticismo”. También había motivos para creer que Ellison no apuntaba al largo plazo. Los financistas asociados como Skydance suelen aportar un porcentaje menor del presupuesto y tienen poco peso en el aspecto creativo. Los estudios los emplean para repartir la carga de películas en las que tienen poca confianza. Por eso la mayoría de los financistas del cine terminan abandonando el negocio.

Pero Ellison dejó en claro que no sólo extendía cheques. Quería tener influencia creativa y le apuntó a las principales franquicias del estudio, como Misión Imposible, GI Joe y Star Trek. En ese punto la apuesta a Misión Imposible y Tom Cruise era riesgosa. La tercera película en la serie había recaudado u$s 398 millones, la cifra más baja de su historia. La estrella de Cruise parecía estar apagándose. Mientras Paramount discutía el futuro de la saga, Ellison dio la cara por Cruise y colaboró en la negociación de una cuarta película, Misión Imposible, el protocolo fantasma, que embolsó u$s 695 millones y revivió la franquicia. Más tarde Cruise asistió al casamiento de Ellison con Sandra Modic, donde se impuso en una competencia de breakdance. “David creyó en Tom más que cualquier otro en Paramount”, asegura Moore.

La estrategia de Ellison era menos elegante que la de su hermana, pero logró más éxitos para su negocio. (Megan no respondió a pedidos de entrevista). Cuando en 2013 Paramount renovó el arreglo con Skydance, Ellison diversificó la compañía por fuera del volátil negocio cinematográfico. En 2014 Skydance se expandió a la TV con la producción de Manhattan, un drama sobre el proyecto de fabricar la bomba atómica que se difundió por WGN America. El programa obtuvo buenas críticas pero la cadena no contaba con una gran audiencia. El programa siguiente, la sitcom Grace and Frankie, fue uno de los éxitos de mayor duración en Netflix. A partir de entonces Skydance empezó a producir un par de programas de TV anuales, con éxitos (Jack Ryan) y fracasos (la serie de ciencia ficción Altered Carbon).

Ellison dio la cara por Tom Cruise y colaboró en la negociación de una cuarta película, Misión Imposible, el protocolo fantasma.Fuente: https://www.alamy.comAJ Pics / Alamy Stock Photo

En 2016 la compañía recaudó otros u$s 700 millones para expandirse a los videojuegos y la animación. Ellison es un jugador ávido que tiene entre sus títulos favoritos a Assassin’s Creed y Red Dead Redemption II. En 2018 vendió una participación minoritaria en Skydance al gigante tecnológico Tencent Holdings Ltd., y dos años después obtuvo fondos de RedBird y el conglomerado surcoreano de entretenimiento CJ ENM Co.. Estos capitales nuevos permitieron que Ellison invirtiera en películas originales por fuera de Paramount, como cintas de acción o de animación para Amazon Prime Video, Apple TV+ y Netflix.

Tomando en cuenta todo eso, Ellison se mostraba ante empleados y colegas como una persona normal. Ha seguido vinculado a un pequeño grupo de amigos de la universidad y suele preguntar a sus empleados cómo pasaron el fin de semana. Se asegura de conocer el nombre de todo el mundo. Es generoso con su personal -oficinas lindas, fiestas en los mejores restaurantes, buenos planes de atención médica- pero exhibe pocas muestras de su riqueza. Viste remeras de James Perse, una elegancia informal acorde con un productor joven.

Pero también usa un reloj de lujo de Richard Mille y conduce Ferraris y Lamborghinis de camino a la oficina original en Santa Mónica, que estaba ubicada en un hangar donde guardaba sus autos y aviones. Con su esposa solían viajar en helicóptero desde el aeropuerto de Santa Mónica para almorzar en un restaurante en Camarillo que hacía su hamburguesa favorita. Era un visitante habitual de Nobu Malibu, parte de la cadena de restaurantes japoneses de alto nivel que recibió inversiones de Larry, y era infaltable del Indian Welles Tennis Garden, el predio cerca de Palm Springs propiedad de su padre. David gusta de contar lo que aprendió del cofundador de los estudios de animación de Pixar, Ed Catmull y del fundador de Apple Inc., Steve Jobs. No lo hacía por jactarse: Jobs, en particular, fue uno de los amigos más cercanos de su padre, y un mentor.

Aunque David rara vez menciona a su padre -y los empleados de Skydance evitan referirse a él- Larry ha hecho ocasionales apariciones en estrenos y presta su inmensa propiedad Sensei Porcupine Creed de 93 hectáreas para retiros empresarios. Los dos se habían distanciado durante la crianza de David, pero se hicieron más íntimos en la adolescencia, cuando hacían viajes por el mundo en el superyate de Larry. A menudo el padre se quejaba de que David no contrataba seguridad privada para que protegiera en los primeros días de Skydance. David insistía en mostrarse normal. “Desde el principio ha sido la compañía de David -aclara Goldberg-. No digo que no hayan tenido conversaciones. Pero en las tares cotidianas siempre fue la compañía de David”.

Cuando en 2022 los servicios de streaming empezaron a reducir gastos, Skydance, al igual que muchas productoras independientes, quedó a la intemperie. Sus inversiones en juegos no habían producido muchos títulos, por no hablar de éxitos. Las películas animadas no atraían a grandes audiencias. Ganaba dinero produciendo filmes y programas de TV para los streamers pero había cultivado la reputación de hacer proyectos comercialmente viables que solían exceder los presupuestos. En 2021 Skydance perdió unos u$s 80 millones y en 2022 obtuvo ganancias mínimas. Ellison tenía que considerar otras opciones estratégicas para cumplir con las ambiciosas expectativas de los inversores.

En octubre de ese año recaudó u$s 400 millones en una ronda de inversiones que tasó la compañía en más de u$s 4000 millones. Cuando los empleados discutían el futuro de Skydance ofrecían tres posibilidades: salir a la Bolsa, la venta a una empresa más grande como Apple o la compra de un estudio. Hacía tiempo que Ellison tenía la mirada puesta en Paramount. En teoría era algo sensato: Paramount es un estudio legendario que significa mucho para los cineastas, y había sido el primer hogar de Ellison como productor. No se trataba de Walt Disney Co o NBCUniversal. Pero al mismo tiempo sonaba risible: Skydance tenía una fracción de su tamaño. Sin embargo, con el apoyo de inversores, incluyendo a su padre, en 2023 Ellison empezó a contactarse con Redstone.

Ahora Ellison trata de resolver un problema que acosó a muchas de las mentes más agudas de Hollywood. Las cadenas de cable de Paramount, que son el cimiento de su negocio, llevan un decenio perdiendo audiencia. La compañía se demoró años en llegar al streaming, y el sector online no tiene la rentabilidad suficiente para compensar la caída de ganancias en el cable. Ellison podría abandonar sus principales servicios de streaming ya sea vendiéndolos o fusionándolos. Pero no compró Paramount para rendirse frente a Amazon, Netflix o YouTube. Quiere ganar. En la conferencia de prensa Ellison empleó términos acuáticos. Paramount llegó nadando al medio del lago y no sabe cómo alcanzar el otro lado. Ya es tarde para volver atrás. ¿Cómo conseguirlo?

En noviembre debía comenzar una drástica reestructuración empresaria, indican personas que conocen los planes de la compañía. Además de los despidos, los tres principales servicios de streaming de la firma (Paramount+, BET+ y Pluto), que corren en tres plataformas tecnológicas, quedarán unidos en una sola. Esto agilizará la recolección de datos, y a la vez mejorará las recomendaciones, reducirá cancelaciones y generará un marketing más eficiente.

Ellison va a trasladar la relación con Amazon Web Services a una plataforma de computación en la nube que está desarrollando Oracle. “Tenemos que asegurarnos de contar con productos tecnológicos que sean competitivos con lo mejor que sale de Silicon Valley -dijo en la conferencia de prensa-. Queremos ser la compañía de medios más avanzada en cuanto a tecnología”.

También habrá cambios dramáticos en la programación. Ellison prometió incrementar la producción de películas a 15 títulos anuales, que serán 20 dentro de unos años. El año pasado Paramount estrenó diez películas y 8 el año anterior. La empresa no estrena cintas en sus servicios de streaming, pero quiere usar esas películas para llevar clientes a Paramount+. Además se concretó la compra de Free Press, la firma de periodismo digital creada en Substack por Bari Weiss, una excolumnista del New York Times. En CBS la contratación de Weiss fue controvertida debido a su orientación política derechista y su apoyo activo al estado de Israel; en opinión de Ellison, Weiss va a infundir energía nueva a la división de noticias.

Ahora que es un CEO con una compañía de 19.000 empleados, Ellison va a tener que delegar. El manejo de las redes de TV se lo encargó a George Cheeks, quien ya dirigía CBS y fue brevemente co-CEO de Paramount. El estudio quedó en las manos de dos viejos amigos, Goldberg y Josh Greenstein, experto en marketing que conoció a Ellison en los primeros días de su sociedad con Paramount. Los servicios de streaming los dirigirá Cindy Holland, quien trabajó en Netflix durante casi dos décadas. Holland fue la responsable de muchos de los primeros éxitos de Netflix y tiene buena relación con los cineastas.

Los dueños anteriores dependían de los programas producidos por Taylor Sheridan, el creador de Yellowstone. El universo Sheridan ayudó a que Paramount+ superara los 80 millones de clientes. Pero el servicio sufre una tasa de cancelación superior al promedio de la industria y maneja menos del 2% de la audiencia de TV, indican datos de Nielsen. (YouTube cuenta con el 13%; Netflix oscila entre el 8% y el 9%). Holland quiere que Paramount+ sea un hábito cotidiano de los clientes. Algo que no será barato.

Aunque es un multimillonario, Ellison no tiene los fondos para sostener una empresa de medios valuada en u$s 30.000 millones. Su padre sí los tiene, pero no resulta claro el grado de compromiso de Larry. Por ahora no participó en la integración de las dos compañías ni en la planificación estratégica, e hizo unos pocos pedidos respecto de los gerentes. Safra Catz, CEO de Oracle, y Paul Marinelli, quien dirige la oficina de la familia Ellison, ingresaron al directorio de Paramount. “Ellos hablan de manera habitual -informa Emanuel, quien por años fue asesor de Ellison-. El padre tiene plena confianza en David”.

Ellison nunca fue tímido para expresar una opinión. Desde el momento que pisó el predio de Paramount habló de revivir Top Gun. “Fue la primera película que dije que quería producir cuando en 2010 firmamos el contrato inicial con Paramount Pictures”, declaró en 2022 a Bloomberg News. Paramount no creyó en la idea, pensando que iba a ser un fracaso de taquilla. Ellison pasó años trabando con Cruise y el productor Jerry Bruckheimer para encontrar la historia adecuada. Top Gun: Maverick se convirtió en la segunda película que más recaudó en la historia de Paramount, sólo detrás de Titanic. Lo que afianzó aun más la sociedad con Cruise.

Ellison en el estreno londinense de Top Gun: Maverick en 2022.Fuente: Getty Images EuropeLia Toby

No todas las interacciones fueron tan fáciles. Según los términos de la fusión, Ellison tenía derecho a aprobar transacciones de un cierto tamaño y cualquier cambio en contratos de personas selectas. A comienzos de este año los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, lo acusaron de tratar de suprimir el valor del programa. Parker y Stone estaban negociando un nuevo contrato con Paramount, junto con otro acuerdo por las licencias del programa en los servicios de streaming. Ellison intervino para rechazar un contrato a 10 años por streaming y opinar que Paramount les estaba pagando demasiado a Parker y Stone.

En South Park creían que Ellison se había excedido, y en el primer episodio de la nueva temporada se burlaron del convenio de Paramount con Trump. (Luego Paramount, Parker y Stone arreglaron sus diferencias). Ellison también intervino en el caso de Taylor Sheridan, el principal productor de éxitos de la compañía. Warner Bros había decidido producir una película que Sheridan había escrito antes de trabajar en Paramount. Ellison pidió asegurarse los derechos de distribución en ciertos mercados. Lo cual puso incómodo a Sheridan, indican dos personas que conocen las negociaciones. Aunque a la conducción de Paramount no les gusta la idea de que Sheridan pase tiempo trabajando en proyectos para terceros, dieron su visto bueno. (Sheridan no respondió a los pedidos de entrevista).

Es fácil creer que esos contratiempos son la consecuencia de una fusión larga y complicada. “Es un directivo muy amistoso con los artistas -explica Emanuel-. Quiere hacer negocios con artistas que tengan voz”. Ellison ha elogiado en público a Sheridan, Parker y Stone, y la temporada actual de South Park ha sido la que más repercusión generó en años. El programa se burló sin miramientos de Trump, al que mostró desnudo y definió como amante de Satanás.

Los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, acusaron a Ellison de tratar de suprimir el valor del programa

La negativa de Ellison a posar para fotos o conceder entrevistas exclusivas indica que aprendió de otros errores. Sabe que, aunque la industria desea que le vaya bien, afronta una tarea complicada. No va a cantar victoria antes de haber logrado algo, como hizo el CEO de Warner Bros Discovery, David Zaslav. (Zaslav posó para la nota de tapa de Vanity Fair que lo llamó el nuevo rey de Hollywood meses antes de la adquisición de Warner bros.. Luego despidió a miles de personas). Tampoco alega tener la fórmula que asegura el éxito de las películas, como suelen decir muchos banqueros y expertos en tecnología que llegan a Hollywood. Suele afirmar que las ideas que triunfan son las mejores, sin importar quién las proponga ni cómo haya funcionado la compañía en el pasado.

Trump casi frustró el convenio que le cambió la vida a Ellison, y ahora el empresario está ansioso por dejar atrás esas controversias. Mientras CBS debatía cómo resolver la demanda judicial del presidente, Ellison habló con Trump durante una pelea de la UFC. Cerca de ellos estaba Emanuel, que en distintos momentos ha representado a Ellison y Trump.

Ellison no participó directamente en las conversaciones de mediación, ni tampoco debía hablar de ellas, y no está claro qué se dijo en la charla. Desde entonces Trump ha declarado que llegó a un “acuerdo paralelo” con Ellison por u$s 20 millones en publicidad y avisos públicos para promover causas que le gustan. Ellison dijo que no participó en el arreglo, y que Paramount se rige por las leyes contra el pago de sobornos.

Ellison quiere declarar que Paramount está abierta a los negocios y es un hogar para los artistas. A principios de septiembre firmó un acuerdo con Westbrook, la compañía de entretenimientos de Will y Jada Smith, para desarrollar franquicias. Y declaró a los empleados que, a partir del año próximo, tendrán que ir a trabajar a las oficinas cinco días por semana. Pero nada capta mejor la ambición de Ellison que su interés por Warner Bros..

Menos de dos meses después de haber engullido un atribulado gigante de los medios, está empeñado en absorber a otro que lo dobla en tamaño. La combinación de Warner Bros y Paramount colocaría a Ellison al frente de dos de los estudios más viejos de Hollywood y de decenas de redes de cable, como HBO, y le otorgaría la escala para competir en el streaming.

Lo que no quiere es politizar las cosas, aunque eso será difícil. Paramount anunció que ya no va a editar las entrevistas del programa Face the Nation, de la CBS, debido a las críticas del gobierno de Trump, y ha contratado al titular del conservador Hudson Institute para que sea el ombudsman de la cadena. En la conferencia de prensa Ellison afirmó: “Ante todo somos una compañía de entretenimientos”. La audiencia son todos, izquierda, derecha, jóvenes o viejos. “No estoy en situación de hacer ningún tipo de declaración política”.