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Tomar las riendas de nuestro futuro implica comprometerse primero con el ahorro a largo plazo y luego con una estrategia consistente y ad hoc para ese objetivo. No es fácil, porque nunca es fácil posponer consumo presente pensando en usar ese dinero más su rendimiento dentro de 20 o 30 años. Siempre hay un sesgo conductual que puede hacernos el boicot.

Superada la instancia emocional -una renegociación con nosotros mismos que probablemente se deba renovar en varias ocasiones-, armar una cartera con activos del mercado de capitales es una de las alternativas disponibles, con bajas barreras de entrada (se puede iniciar con aportes pequeños) y muchas opciones. Inmuebles y seguros de retiro son otros dos componentes que pueden combinarse para alcanzar un capital suficiente para complementar el haber jubilatorio o vivir al 100% de la renta pasiva que genera.

Es bueno subrayar que una alternativa -de las mencionadas arriba- no excluye a otra y todas pueden ser complementarias. Cada tipo de activo tiene sus ventajas y sus contras. Un inmueble puede resultar poco líquido, difícil de vender y hay que contemplar el costo de mantenimiento. La renta neta que aporta no es demasiado elevada en dólares, pero es un tipo de activo que da seguridad a muchos inversores. Lo que hay que determinar es el peso o la proporción que tendrá sobre la cartera de retiro total.

Algo similar pasa con los seguros de retiro, un instrumento financiero al que a menudo se escucha desprestigiar. La primera regla para un retiro feliz y un retiro con capital para vivir sin restricciones económicas es entender en qué invertimos, quién nos está asesorando para ir por una u otra opción, qué riesgos corre nuestro dinero en cada tipo de activo y que rentabilidad potencial podemos esperar. En síntesis, tener educación financiera es el eslabón primero e imprescindible para que el plan salga a medida.

"El primer driver clave es el largo plazo, que implica pensar la inversión con una lógica totalmente distinta a la de una cartera táctica. Por eso, el principal activo no es financiero, sino conductual: se trata de mantener la disciplina, no consumir esos fondos y ajustar la estrategia con el paso del tiempo sin perder el foco en el objetivo final", resalta Daniela Castaldo, CEO de Santander Asset Management. "Un error muy común es usar ese dinero para gastos intermedios (autos, viajes, emergencias), desvirtuando su propósito original", advierte.

Empezar ya

"Si bien planificar el retiro puede resultar abrumador -sobre todo por la presencia de factores que escapan a nuestro control-, la clave está en enfocar nuestros esfuerzos en aquellos aspectos que sí podemos manejar. Elementos como las reformas previsionales, los cambios regulatorios o los retornos del mercado están fuera de nuestro alcance. Otros, como la longevidad, pueden ser influenciados, en parte, mediante el cuidado de la salud. Pero el verdadero punto de partida está en tomar control de lo que sí depende de nosotros: maximizar el ahorro, gestionar los gastos y diseñar una estrategia de inversión diversificada", cuenta la película Flavio Castro, del equipo de Asset Management de Criteria, en un solo párrafo.

Damián Vlassich, team Leader de Estrategias de Inversión en IOL, pone a Warren Buffett y una de sus frases de cabecera como modelo para inspirar a quienes estén en el proceso de planificar a largo plazo. Algo que nunca es sencillo. "El interés compuesto es la octava maravilla del mundo. Lo fundamental es el hábito y el estar siempre invertido", dice el especialista antes de graficar con un ejemplo: a 20 años una persona que ahorra u$s 100 por mes, si no lo invierte (y dejando de lado el hecho de la pérdida de valor por la propia inflación estadounidense) obtendrá u$s 24.000. Sin embargo, si la misma persona invierte periódicamente esos u$s 100 en un bono del tesoro norteamericano (hoy un Treasury estadounidense cotiza a un rendimiento de aproximadamente del 5%), al final del mismo plazo tendrá ahorrado más de u$s 41.000, es decir un 70% más que en caso de no haberlo invertido. "Esto grafica claramente la importancia del hábito por encima de la cantidad", remarca Vlassich.

Los números y cálculos concretos son claves para tomar real conciencia de donde estamos parados y hacia dónde podemos ir. Y, sobre todo, cuánto tiempo y dinero nos tomará llegar. Melina Di Napoli, analista de Producto Wealth Management en Balanz, aporta esta cuenta: "Una persona que inicia su planificación de retiro con 1000 dólares, todos los años añade otros 1000 dólares y lo invierte en una cartera con un retorno promedio del 7% anual en dólares, al cabo de 20 años tendrá u$s 44.865".

Si se mantuviera la estrategia durante 30 años, el crecimiento aceleraría significativamente gracias al interés compuesto, elevándose a u$s 102.073. "El interés compuesto indica que los rendimientos de la inversión en el tiempo se reinvierten, por tanto, el capital crece exponencialmente. Por ejemplo, en el año 1, los u$s 1000 aportados generarán u$s 70, pero en el año dos, los u$s 1070 generarán u$s 74,9 y así sucesivamente", dice didáctica Di Napoli.

Más allá de los activos elegibles que irán variando en el tiempo por diferentes circunstancias, vale la pena hacer foco en algunas reglas básicas que van a mejorar el proceso y el resultado.

En ese sentido, Federico Pérez, gerente de Wealth Management de Mariva, remarca que en la construcción de un portafolio que busque satisfacer necesidades de retiro dentro de 20 o 30 años, se debe prestar atención a:

  • Diversificación: buscar mitigar el riesgo idiosincrático específico de un sector o activo en particular. Combinar bonos, acciones y activos alternativos (mercados privados).
  • Horizonte temporal y coberturas de riesgo: tomar provecho de la capitalización de intereses en el tiempo, buscando coberturas de riesgos de crédito, tasa de interés e inflación.
  • Optimización dinámica: requiere un ejercicio de análisis y rebalanceo periódico de acuerdo con el contexto económico. El asesoramiento de una gestión profesional es altamente recomendable.

La estabilidad económica también es un punto clave, dice Pérez. "Estamos viendo un proceso de normalización y convergencia de las variables macroeconómicas que eventualmente nos va permitir alargar el horizonte de inversión y a medida que se vayan dando las condiciones, analizar estrategias de portafolios con plan de retiro".

"Invertir en una cartera de largo plazo de cara a un retiro es una excelente alternativa, más aún si se considera el contexto desafiante para los sistemas previsionales a nivel global. En este sentido, construir el hábito de realizar aportes (independientemente del monto) en forma sostenida permite aprovechar la potencia del interés compuesto a lo largo del tiempo", aporta Milo Farro, analista bursátil en Rava Bursátil. El experto dice que "la decisión de construir una cartera pasiva -es decir, que refleja el desempeño de un índice de referencia a lo largo del tiempo- o una de alta rotación dependerá de la cantidad de tiempo disponible y el nivel de experiencia del inversor". En su plan de acción elige armar una cartera con ETFs, bonos de Estados Unidos y Obligaciones Negociables (ONs).

El escenario global actual es volátil y en cierto punto bastante incierto, pero las correcciones de precios que se dieron en 2025 bien pueden ser vistas como una oportunidad de entrada para empezar a diagramar esa cartera de largo plazo.

"El entorno es desafiante con múltiples frentes a tener en cuenta. Por un lado, el impacto de la política comercial impulsada por el presidente Donald Trump, y el consecuente impacto en su economía aparece como uno de los principales puntos a considerar. Deberemos seguir de cerca los efectos sobre el nivel de actividad de los Estados Unidos", plantea Vlassich y suma poner una lupa sobre la política monetaria que lleve adelante la FED. "Si mantiene este tono más restrictivo o bien, comienza a mostrarse más laxa".

En el plano local no hay que olvidar que las elecciones de medio término del mes de octubre van a poner ruido y podremos experimentar mayor volatilidad en los activos argentinos, ya sea tanto en renta fija como en renta variable.

Mas tiempo, más riesgo

En este contexto, cómo calibrar las carteras de retiro es un punto crucial. Las reglas financieras indican que cuanto más joven una persona más riesgo puede y debe asumir en sus inversiones en busca de mejores retornos. Una mala inversión a los 25 o 30 años tienen mucho tiempo de recuperarse. En cambio, conforme avanza la edad y se acerca el retiro la exposición a riesgo y volatilidad debería ir disminuyendo.

Pero alejarse por completo del riesgo y la volatilidad, encierra también, paradójicamente un riesgo. El de no alcanzar los objetivos o tener que hacer un esfuerzo mucho mayor en términos de ahorro.

Marcelo Otermin, CEO y Chairman de ICBC Investments, es contundente en ese sentido: "Si se mira el resultado de las inversiones más conservadoras en los últimos 10/15 años, fue negativo en términos reales (por debajo de la inflación), lo que significa que se perdió poder adquisitivo. Esto claramente incrementa la necesidad de ahorro. Las alternativas de mayor riesgo como bonos a plazos largos o acciones fueron las que permitieron obtener rendimientos por sobre la inflación".

Castro de Criteria avanza en línea: "Un punto clave -y muchas veces contraintuitivo- es que incluso los inversores más conservadores, cuyo foco está en preservar el capital a largo plazo, deberían considerar una asignación significativa en acciones. En este sentido, "como ilustra la teoría, optar exclusivamente por activos ultraconservadores, podría ser más más riesgoso que invertir en acciones al exponer el patrimonio al riesgo de no alcanzar los objetivos de rentabilidad, especialmente al considerar los efectos de la inflación y la carga impositiva".

En busca de soluciones accesibles y delegando la gestión del día a día, Otermin aporta que: "Si tuviera que optar por una sola cartera, elegiría 70% de nuestro fondo Alpha Planeamiento Dinámico y 30% de Alpha Retorno Total". "Alpha Planeamiento Dinámico sigue una estrategia pasiva de riesgo alto, pensada para el largo plazo que actualmente tiene 46% de acciones argentinas, 22% de Títulos públicos ajustables por CER y 11% en otros títulos en pesos, entre otros activos. El Alpha Retorno Total, en tanto, sigue una estrategia activa de largo plazo, siendo su composición actual: Títulos públicos ajustables por CER 22%, Letras del Tesoro en pesos 18%, Títulos públicos en dólares 9%, Acciones argentinas 27%, Acciones extranjeras 12%, Otros instrumentos de renta fija 13%", explica el CEO de ICBC Investments.

Vlassich, de IOL, pone énfasis en la diversificación geográfica. "Hoy en el mercado argentino tenemos múltiples instrumentos que permiten a los inversores tomar exposición a otras regiones distintas de los Estados Unidos. Un ejemplo interesante de ello, y que hemos incluido en nuestros portafolios, es el Cedear de ETF IEUR, que brinda exposición a acciones europeas de gran y mediana capitalización. Otra alternativa en este sentido puede ser el popular Cedear de ETF EWZ, que permite posicionarnos en el mercado accionario brasileño".

Otro punto en el que hace zoom Otermin es en el tipo de estrategia a seguir en el entramado de este tipo de carteras: "resulta más redituable mantener una estrategia pasiva que buscar alta rotación de portafolio". "El plan -detalla- debe focalizarse en el horizonte de tiempo buscado (20/30 años) y solamente realizar "rebalanceos" para ir ajustando desvíos. Hay abundante análisis académico que muestra que a inversores profesionales les cuesta superar a una estrategia pasiva. Nuestro cálculo es que los clientes que tienen alta rotación de su cartera consiguen un rendimiento de aproximadamente 3% anual inferior a una estrategia pasiva comparable", cuantifica el experto de ICBC Investments.

Di Napoli, de Balanz, resume la idea en la misma dirección: "Se trata de pasar tiempo en el mercado, no de cronometrar al mercado". "La experiencia indica que mantenerse invertido es mejor que intentar ganarle al mercado". Según un reciente informe de JP Morgan, comparte, "perderse los mejores momentos del mercado ha supuesto un golpe sorprendentemente fuerte: simplemente perderse los 10 mejores momentos del S&P en los últimos 20 años supuso una pérdida del 10,6 % en comparación con mantener la inversión completa". Lo que sostiene la idea de que la disciplina en el largo plazo y mantener la inversión cuando los mercados se agitan, en el largo plazo termina premiando.