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A medida que aumenta el interés por los remedios naturales y económicos para el cuidado del jardín, una de las fórmulas más populares en Colombia es la combinación de cáscara de huevo con vinagre.
Aunque se presenta como un truco sencillo, esta mezcla permite liberar minerales esenciales de la cáscara, transformándolos en nutrientes que el suelo puede absorber con mayor facilidad.
El huevo contiene calcio en grandes cantidades, mientras que el vinagre actúa como un acelerador en la descomposición de la cáscara, lo que permite que las plantas aprovechen mejor esos aportes. El resultado es un fertilizante líquido económico y sostenible que puede aplicarse en macetas, jardines pequeños o huertas caseras. ¿Cómo hacerlo?
Efectos del vinagre en la cáscara de huevo
El vinagre contiene ácido acético, que reacciona con el carbonato de calcio presente en la cáscara. Este proceso libera dióxido de carbono -por eso aparecen burbujas en el frasco- y transforma el calcio sólido en una forma líquida que las raíces de las plantas pueden absorber.
Este fenómeno es fundamental para la nutrición de las plantas, ya que les permite acceder a nutrientes esenciales de manera más eficiente. La interacción entre el vinagre y el carbonato de calcio es un ejemplo de cómo los elementos químicos pueden colaborar en procesos biológicos.
Transforma desechos inertes en un fertilizante líquido valioso.
A diferencia de la cáscara, la clara de huevo contiene proteínas y no minerales en gran cantidad. Cuando se mezcla con vinagre, puede coagularse y generar un preparado poco recomendable para el jardín.
Por eso, los especialistas aclaran que el uso ideal es con cáscara de huevo y vinagre, no con la clara. La clara puede aprovecharse mejor en la cocina, mientras que la cáscara se transforma en abono natural.