Empujada por fuertes inversiones, la capacidad instalada de la industria automotriz brasileña crecerá más de 50% hasta 2015. Un relevamiento del Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que divulgó Valor con exclusividad, mostró que la capacidad aumentará de los actuales 4,3 millones de vehículos por año a 6,6 millones de unidades anuales, en tres años.
La proyección se incluye en el reciente movimiento de las empresas del sector, que anuncian nuevas fábricas en el país, con el foco puesto en el mercado interno, y favorecido por las medidas de desgravación tributaria que tomó el gobierno.
Solo las denominadas newcomers, automotrices japonesas y francesas que llegaron a Brasil en los años noventa, contabilizan proyectos por R$ 6.600 millones (u$s 3.500 millones) hasta 2015, de acuerdo con los datos citados por el estudio.
Las automotrices vinculadas a la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) -que ya producen en Brasil-movieron proyectos por alrededor de R$ 41.800 millones (u$s 22.000 millones) en tres años.
El monto de inversiones previsto por las automotrices hasta 2015 es superior al del ciclo anterior de gran porte, entre 1991 y 2001, cuando se invirtieron en torno de R$ 35.000 millones (u$s 17.500 millones).
El análisis mostró que las automotrices no están aisladas con respecto a las inversiones en el sector. El nuevo ciclo de asignación de recursos también nuclea al segmento de autopiezas, que invertirá en torno de R$ 19.000 millones hasta 2015, según informaciones del Sindicato Nacional de la Industria de Componentes para Vehículos Automotores (Sindipecas), citadas por el banco en el estudio.
La investigación se anunció ayer durante un seminario en la sede del BNDES de Rio, en una publicación conmemorativa de los 60 años del banco. Para la economista del Departamento de Industria Pesada del rea Industrial del BNDES, y una de las responsables del trabajo, Luciana Silvestre Pedro, el mercado brasileño tiene condiciones de absorber el agregado en la capacidad instalada del sector.
Silvestre Pedro recordó los recientes cambios en el escenario macroeconómico, que mostró el ascenso de la llamada Nueva Clase Media, lo que en la práctica creó nuevos consumidores de bienes durables, en función de la mejora de la renta, influenciada por el mercado de trabajo favorable. Muchas personas pueden ahora comprar autos, completó la economista.
Otro aspecto relevado por la especialista es que la expansión en la capacidad contribuirá a aumentar la participación brasileña en el total de la producción mundial automotriz. El estudio mostró que la participación de Brasil en el desempeño global marcó una trayectoria ascendente en 20 años, y aceleró de 3,2% en 2001 a 4,3% en 2011 el total producido en el mundo, de acuerdo con cálculos del BNDES y de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA), citados en el relevamiento. Los mercados emergentes atrajeron el interés de las multinacionales, por su potencial de crecimiento, recordó Silvestre Pedro.
La expansión de la capacidad no es el único objetivo de los proyectos de las automotrices. Nuevas tendencias de mercado, como autos eléctricos, y otros adaptados a las nuevas legislaciones ambientales (menos contaminantes) también están en la mira de los inversores de las empresas del sector en Brasil, según la economista.
El nuevo ciclo de inversiones puede ayudar a revertir el retroceso de los desembolsos del BNDES para el sector automotriz, que alcanzaron R$ 4.600 millones en 2011, 25% inferior al de 2010. Eso llevó a la industria automotriz a la menor participación dentro del total de desembolsos del banco en una década (3,3%), en la medición histórica del BNDES para el sector. La crisis internacional colocó en compás de espera en Brasil a los proyectos de las automotrices multinacionales -que, ahora, parecen nuevamente dispuestas a invertir.