Frente a la perspectiva de reelección de la presidenta argentina Cristina Kirchner, la industria de zapatos brasileña paró de hacer cuentas y decidió ampliar la producción en el país vecino, a pesar de tener allí una estructura de costos más alta que en Brasil.

Es el caso de Dass, de Santa Catarina, que produce calzados para marcas como Fila, Umbro y Nike. La evaluación, pragmática, es que la política de inducción a la sustitución de importaciones del gobierno argentino permanecerá a largo plazo. En juego, está un mercado no poco despreciable, que consume 200 millones de pares de calzado deportivo por año y tiene una producción de 136 millones de pares.

El negocio compensa los riesgos que estamos corriendo, el mercado consumidor aquí es muy interesante. No es lo mejor que existe en el mundo, pero dadas las circunstancias, estamos felices, dijo Vilson Hermes, presidente del grupo Dass. Con sede en Saudades, ciudad cercana a Chapecó, en el oeste de Santa Catarina, Dass comenzó a producir en Eldorado, en la provincia de Misiones, localizada entre Paraguay y los estados brasileños de Paraná y Santa Catarina, en 2007, con una línea de apenas 100.000 pares anuales.

Este año, después de la compra de máquinas e instalaciones, que hasta entonces mantenía en comodato, producirá 2 millones de pares, lo que significa un crecimiento de 60% en doce meses. La inversión fue de u$s 30 millones. La producción argentina responderá por 13% de las cerca de 15 millones de piezas de artículos deportivos que fabrica en los dos países en doce plantas, que facturaron R$ 689 millones el año pasado. De las doce fábricas, una está en Argentina.

Se estima que Dass facturará este año R$ 850 millones, de los cuales 10% en Argentina. Se trata de una expansión de ventas de 23%, en comparación con 2010. Estamos creciendo en Argentina para sustituir importaciones, no hay otra razón, dijo Hermes. El empresario afirmó que el costo de producción en Misiones es 12,5% superior al de Brasil, aunque la diferencia se achicó por el desfasaje cambiario brasileño acumulado y los aumentos salariales en Brasil. En otras provincias argentinas la diferencia es más alta. En la de Buenos Aires, productores brasileños de calzados deportivos aseguran que el costo de mano de obra local llega a duplicarse en comparación con el de Brasil.

El sindicato de empleados de la industria de calzados en Buenos Aires consiguió este año uno de los mayores ajustes salariales del país, con aumento de 39%. La inflación oficial en Argentina es de 9%, pero el dato del gobierno no tiene mucha credibilidad. La inflación real se estima en 23%.

Además de Dass, diversas empresas brasileñas producen zapatos en Argentina. Vulcabras es una de ellas. Alpargatas Argentina, contralada desde 2007 por Camargo Corrêa, es una de las más grandes del sector -a final del año pasado informó que tuvo una producción de casi 8 millones de pares anuales. Penalty fabrica asociada a una industria local y Paquetá produce zapatillas de la marca Adidas.

La política de sustitución de importaciones en Argentina es particularmente activa en sectores que envuelven el uso intensivo de mano de obra, como el de calzados y el textil.

Según la consultora GTA, Argentina es el país que adopta más mecanismos de protección comercial en el mundo, y actualmente tiene 148 medidas en vigor. Brasil se ubica en séptimo puesto en ese ranking, con 76 medidas restrictivas.

En el grupo de las reglas no escritas, está la ley del uno por uno, que impacta sobre todo a las marcas más caras: solo se permite la importación en caso de que el comprador también exporte, cualquiera sea el producto. La determinación fue transmitida verbalmente a un universo que incluyó desde Porsche a los fabricantes de muñecas Barbie.