Lejos de la autosuficiencia, las economías de las ciudades del norte y nordeste de Brasil aún dependen de la máquina pública, reveló el miércoles el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), al divulgar un sondeo sobre el Producto Bruto Interno (PBI) de los municipios.
El relevamiento mostró que en los nueve estados de la región nordeste, un tercio de las economías en más de la mitad de sus respectivas ciudades depende de recursos de la administración pública. En la región norte, la situación es un poco mejor. De los siete estados, en cuatro más de la mitad del total de sus ciudades tienen más de un tercio del PBI dependiente de recursos públicos.
Según expertos, eso refleja la ineficacia de las estrategias del gobierno para desarrollar las economías regionales, y la presencia poco importante del sector industrial fuera de los ejes sur y sudeste de Brasil.
El trabajo mostró que el peso de la administración pública en el PBI de las ciudades era superior a un tercio de las economías municipales en 35,6% del total de los 5.565 municipios del país (o 1.980). En ese universo de ciudades con alta dependencia de los recursos públicos, se destacaron los municipios del norte y nordeste, admitió la investigadora del Departamento de Cuentas Nacionales del IBGE, Sheila Zani.
Si miramos Paraíba, por ejemplo, más de 40% de las economías en más de 90% de los municipios de ese estado dependen de los recursos públicos, detalló. En Roraima, más de 40% del PBI de todas las ciudades se origina en actividades de la administración pública.
Esos porcentajes son pronunciadamente más bajos en estados de las regiones sur, sudeste y centro-oeste. Ningún estado, en cada una de esas regiones, presentó un nivel superior al 50% en ese mismo ítem. Entre los estados, con economías en sus municipios que dependen menos de la máquina pública están Paraná, donde solo 0,5% de las ciudades tienen más de un tercio de sus economías dependientes de las actividades de administraciones gubernamentales, Santa Catarina, con 0,3% en el mismo tópico, y San Pablo, con 1,9% del total de las ciudades en ese situación.
La continuidad de la presencia expresiva de los gobiernos en las ciudades menos centrales del país ayudó a impulsar el peso de la administración pública en la economía como un todo. Datos citados por la técnica del instituto indican que la administración pública representó 13,9% del PBI en 2010, en cálculos preliminares, el segundo nivel más alto de la última década, solo por debajo de 2009 (14,1%), año en que la economía brasileña sufrió más los efectos de la crisis global.
Para el economista y presidente de Inter.B Consultora Internacional de Negocios, Claudio Frischtak, la ayuda del gobierno crea un proceso de dependencia de las economías de las ciudades de los recursos públicos. Eso es, en la práctica, un factor desestimulante para el desarrollo de las economías regionales.
De acuerdo al análisis del especialista, los gobiernos enfocaron sus esfuerzos en estrategias como programas de transferencia de renta, sin énfasis en políticas de desarrollo económico de largo plazo, en las ciudades brasileñas.