Con una economía cinco veces más chica que la brasileña, Argentina marca presencia en el sector de la moda en Brasil, pero no sucede lo contrario. La vigésima quinta marca oriunda de Argentina se instaló en Brasil la semana pasada, con la apertura simultánea de dos negocios de Rapsodia en San Pablo, en los shoppings centers JK y Market Place.

Pero, hay solo doce marcas brasileñas con puntos de venta propios en el mercado argentino, según un relevamiento de una consultora vinculada a la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias.

La internacionalización fue una salida para que las empresas argentinas superaran dificultades, como la escala reducida o la inestabilidad económica, garantizando una fuente segura de ingresos en moneda extranjera. En esta ruta, Brasil raramente es el punto de partida.

De acuerdo con el gerente general de Rapsodia, Diego Barba Gallo, antes de llegar a Brasil la boutique abrió en Uruguay, Chile, México, Colombia y Venezuela. Con las dos tiendas en San Pablo, tiene 38 puntos de venta en el exterior, y solo 23 en Argentina.

En sus negocios afuera, Rapsodia, la undécima marca de moda argentina que abrió operaciones en Brasil, continua trabajando con proveedores del mundo entero, sin las restricciones para importaciones y mantenimiento de stocks que enfrenta en su país.

Brasil significó un paso especial, dado el volumen de la inversión: para armar los dos negocios, la marca del político y empresario de medios de comunicación Francisco de Narváez, la ex modelo Sol Acuña y la estilista Josefina Higuera invirtió R$ 5 millones.

Como la facturación promedio anual es de u$s 2.500 el metro cuadrado, cada negocio puede rendir u$s 250.000, lo que proyecta un plazo de retorno superior a los cinco años. Rapsodia no divulga sus ingresos. Pero Barba Gallo calcula que la inversión en Brasil supera tres veces el armado de una tienda del mismo tipo en Argentina.

Rapsodia optó por expandirse con negocios propios, pero el uso de franquías fue la vía preferida para la internacionalización argentina. Según un relevamiento de Agustín Bidoglio y Calos Canudas, director de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias, hasta la primera mitad de este año existían 113 empresas argentinas con franquicias en el exterior, ante 91 franquicias en Brasil y 83 en México. El dato es más sugestivo cuando se toma en cuenta que Argentina cuenta con 500 franquiciadores en total, mientras Brasil tenía 1.643 redes en 2009, de acuerdo a un estudio de la Asociación Brasileña de Franchising (ABF).

El perfil de las marcas y franquicias argentinas en el exterior también es bastante diferente al brasileño, en que predominan negocios de alimentación rápida y escuelas de idiomas. De las 113 marcas argentinas en el exterior, 54% son del sector de vestuario y 19% de alimentación. De las brasileñas, menos de 10% son de ropas.

Hasta los años 90, el área de vestuario en Argentina se conocía por la integración vertical y la tradición. La camisa y la marca Polo surgieron en el país, vinculadas al deporte, y Alpargatas, hoy controlada por la brasileña Camargo Corrêa, es una de las empresas que cotiza en bolsa más antiguas del país, abierta en 1885.

Era un sector protegido de la competencia internacional, que estructuralmente depende de mucha mano de obra y uso de energía. Con la apertura que realizó el gobierno del ex presidente Carlos Menem, todas las empresas se desintegraron, dijo Mariano Kestelboim, economista que dirige la Fundación Pro-Tejer.

Según Kestelboim, el mercado se segmentó y las empresas argentinas que tenían puesto el foco en la consolidación de marcas para las franjas de renta con mayor poder adquisitivo fueron las exitosas. En el segmento de ropa popular, el mercado informal, pasó a consumir cerca de 50% de la confección argentina. El resto está dominado por empresas de gran escala y por la importación de ropa.

Del total de u$s 1.900 millones que importó el sector textil en Argentina el año pasado, las ropas terminadas representaron cerca de u$s 400 millones, especialmente de China e India, en un escenario muy parecido con el existente para el mismo sector en Brasil.