Después de decretar la liquidación extrajudicial del Cruzeiro do Sul hace poco más de un mes, otro entidad bancaria entró en la mira del Banco Central (BC).
El BC anunció la intervención del Banco BVA ‘como consecuencia de su situación económico-financiera y de la falta de cumplimiento de las normas que disciplinan la actividad de la institución‘.
Según el Bc, el BVA detenta 0,17% de los activos del sistema financiero y 0,24% de los depósitos, con siete agencias localizadas en los estados de Rio de Janeiro, Minas Gerais y San Pablo. El BC nombró como interventor en la institución, con amplios poderes, a Eduardo Félix Bianchini. Empleado de la autoridad monetaria desde 1973, ocupa el cargo de gerente técnico regional, basado en San Pablo.
El último balance auditado presentado por el BVA disponible en la web del BC es del cuarto trimestre del año pasado, cuando la institución informó un lucro líquido de R$ 13,998 millones.
El banco, controlado por el ex ejecutivo de Safra y del J. Safra Ivo Lodo se especializa en crédito para compañías de mediano porte, y enfrentaba dificultades hace algún tiempo. El BC rechazó una serie de modelos para alterar su estructura accionaria.
Después de un aumento de capital, el patrimonio líquido de la institución subió a R$ 730 millones. Cuando Lodo ingresó en el banco, en 2006, el PL era de R$ 56 millones.
El BVA enfrentó una inspección más rigurosa del BC -como ocurrió con otros bancos de pequeño y mediano porte, después de los fraudes detectados el año pasado en instituciones como Morada, Schahin y PanAmericano. La autoridad monetaria obligó al banco a aumentar en casi 30% las provisiones para crédito dudosos.
La semana pasada, frente al fuerte aumento en la insolvencia en las carteras, la agencia de riesgo Austin Rating decidió rebajar la clasificación de tres fondos de cuentas por cobrar del BVA. Los llamados fondos de inversión en derechos crediticios (FIDC) son utilizados por los bancos de mediano porte como forma alternativa de captación de recursos. Con la venta de carteras para los fondos, las instituciones consiguen anticipar ingresos para conceder nuevos créditos.
A final de septiembre, la agencia de clasificación de riesgo Moody’s rebajó la nota de fuerza financiera del BVA a ‘E‘ (de ‘E+‘), como la nota de sus depósitos en moneda extranjera y local, de ‘B2‘ a ‘Caa1‘. Según la agencia, el rebajamiento fue consecuencia de las incertezas en relación al desempeño financiero del banco y de la demora para publicar el resultado semestral.
El BVA informó que el banco todavía no fijó una posición sobre la intervención. La Federación Brasileña de Bancos (Febraban) tampoco quiso comentar el tema.