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Entre 2018 y 2023 la resistencia de las bacterias a los antibióticos, a menudo fruto del mal uso de éstos, ha aumentado un 40%, o un promedio anual de entre el 5% y el 15%, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera este fenómeno una de las grandes amenazas sanitarias del futuro.

Según los últimos datos reportados este lunes por GLASS, el sistema de supervisión de resistencia a los antimicrobianos de la OMS, una de cada seis infecciones de las bacterias a las que esta red está haciendo un seguimiento mostraron resistencia a tratamientos con antibióticos.

La situación es especialmente alarmante en regiones como África, donde una de cada cinco infecciones mostró resistencia a los antibióticos, o en Asia y Oriente Medio, donde la tasa es de una de cada tres.

Las bacterias, más resistentes a los antibióticos

Entre los patógenos más peligrosos identificados se encuentran la E.coli, la salmonela, el estafilococo aureus o el estreptococo pneumoniae. Según Agencia EFE, más del 40% de las cepas de E.coli y un 55% de K. pneumoniae muestran resistencia a cefalosporinas de tercera generación, uno de los antibióticos más utilizados en el mundo.

Esto obliga a recurrir a medicamentos de última línea, más costosos y, en muchos países, de difícil acceso.

Una amenaza que ya causa millones de muertes

"La resistencia a los antimicrobianos está creciendo a un ritmo más rápido que los avances de la medicina moderna", advirtió al presentarse el estudio el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

La resistencia antimicrobiana (bacterias resistentes a antibióticos, virus a antivirales y hongos a fungicidas) influye en casi 5 millones de muertes cada año y es la causa directa de 1,27 millones, de acuerdo con los últimos datos de la OMS.

Cómo prevenir y combatir la resistencia bacteriana

La OMS recomienda no utilizar antibióticos sin prescripción médica y no automedicarse ante síntomas como la fiebre. También resalta la importancia de las vacunas y de medidas preventivas simples, como el lavado frecuente de manos.

A pesar de la gravedad de la situación, hay un dato positivo: el número de países que participan en la red de monitoreo GLASS creció de 25 en 2016 a 104 en la última edición. Sin embargo, todavía el 48% de los sistemas sanitarios no reporta información.