El Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD) activó su sistema de defensa ante una nueva incursión aérea. El 14 de abril, se detectó el vuelo de una patrulla de bombarderos estratégicos rusos en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) de Alaska, lo que llevó al despliegue inmediato de cazas estadounidenses.
De acuerdo con el comunicado oficial del NORAD, la interceptación de los aviones rusos se realizó en espacio aéreo internacional, específicamente sobre el Mar de Barents, sin que se haya infringido el territorio aéreo soberano de Estados Unidos ni de Canadá. Sin embargo, este tipo de operaciones incrementa la tensión en el Ártico, una región que está siendo objeto de un creciente escrutinio por parte del Pentágono.
Tercera Guerra Mundial: Estados Unidos interceptan bombarderos rusos
Estos vuelos son parte de una serie de ejercicios militares rusos que han incrementado su frecuencia en la región del Círculo Polar Ártico en los últimos meses, lo que ha suscitado preocupación en el alto mando militar estadounidense, especialmente debido a las crecientes operaciones conjuntas entre Rusia y la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación de China (PLAAF).
Las autoridades militares norteamericanas han confirmado que se trató de un bombardero ruso Tu-95MS, acompañado por un moderno caza Su-35S, ambos pertenecientes a las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (VKS). Este último habría estado armado con misiles aire-aire, presumiblemente del tipo R-73 o R-74M.
Estados Unidos refuerza su presencia aérea
Este episodio representa el tercer incidente en 2025 en el que la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) intercepta bombarderos rusos Tu-95MS. Las situaciones anteriores ocurrieron los días 18 y 19 de febrero, también involucrando cazas F-35 y aeronaves Su-35S del lado ruso.
La respuesta aérea estadounidense incluyó el despliegue de un F-16 Fighting Falcon y un F-35A Lightning II, este último uno de los cazas más avanzados del arsenal estadounidense. Ambas aeronaves realizaron la interceptación e identificación visual de los aparatos rusos, como parte de las operaciones estándar de disuasión en el Ártico.
La presencia de bombarderos rusos en la ADIZ de Alaska indica una estrategia de presión en aumento por parte de Moscú, en un contexto de geopolítica polar cada vez más competida. A pesar de que desde el NORAD se ha reiterado que estos vuelos son rutinarios y no constituyen una amenaza directa, la situación merece atención.