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Un país de latinoamericano está creciendo como un actor militar destacado que no solo lidera la región, sino que se posiciona como un país capaz de ser tenido en cuenta por las grandes potencias como China y Estados Unidos.
Actualmente, no solo cuenta con el ejército más poderoso de América Latina, sino que también impulsa su autosuficiencia tecnológica y fortalece su industria de defensa propia. Se trata de un avance que podría alterar los equilibrios geopolíticos regionales.
El ejército más poderoso de Latinoamérica y que podría ser gran aliado de EE.UU.
Brasil encabeza el ranking militar de América Latina en 2025, posicionándose en el puesto 11 a nivel mundial en el indicador Global Firepower (PwrIndx 0,2415). Este liderazgo se apoya en una estrategia de modernización continua: incorpora cazas Gripen E/F, aeronaves tácticas KC-390 y avanza en pruebas del primer submarino nuclear regional.
Este país latinoamericano cuenta con una industria de defensa avanzada compuesta por empresas nacionales como Embraer, Avibras y Ares, que desarrollan drones, sistemas de misiles y otros equipos bajo estándares internacionales.
¿Cuáles son los factores que sustentan el poder de Brasil?
Fuerza militar considerable: más de 376.000 efectivos activos, una reserva superior al millón y un presupuesto de defensa cercano a los 22.900 millones de dólares en 2023.
Amplia cobertura operativa: equipo terrestre, submarinos, fragatas, vehículos blindados y artillería forman parte de una infraestructura capaz de asegurar territorio, proteger recursos estratégicos y proyectar presencia regional.
¿Qué representa el crecimiento de Brasil para EE.UU. y China?
El ascenso militar de Brasil con capacidad tecnológica doméstica conlleva implicaciones geoestratégicas: representa una potencia emergente en una región históricamente dependiente y con influencia de grandes potencias. Estados Unidos y China ya están atentos a estas dinámicas, ya sea por inversiones regionales o por equilibrio de influencia.
La combinación de modernización, industria nacional robusta e independencia en defensa posiciona al país como un socio estratégico o rival potencial, lo que podría redefinir alianzas, exportaciones militares y el equilibrio de poder en Latinoamérica.