La crisis del cierre de gobierno en Estados Unidos ya se hace sentir en los principales aeropuertos del país, donde la escasez de personal en el control del tráfico aéreo provocó cientos de retrasos y cancelaciones durante los últimos días.
Según la Federal Aviation Administration (FAA), las demoras afectaron principalmente a los aeropuertos de Dallas, Chicago, Atlanta y Newark, con un impacto adicional en Filadelfia, donde se activó un protocolo especial para administrar el flujo de vuelos.
Aunque la situación comenzó a estabilizarse, la falta de controladores y el agotamiento del personal mantienen en alerta a las autoridades aeronáuticas.
Alerta aeropuerto: un paro que afecta a miles de personas
El secretario de Transporte, Sean Duffy, explicó que la ausencia de salarios por el shutdown federal llevó a muchos empleados a buscar trabajos alternativos, lo que redujo la disponibilidad de personal clave para la seguridad aérea.
"Los controladores están haciendo lo posible por sostener el sistema, pero sin pago, algunos comienzan a priorizar la economía familiar", señaló Duffy en una entrevista televisiva.
Actualmente, unos 13.000 controladores aéreos y 50.000 agentes de la TSA trabajan sin remuneración, mientras el paro gubernamental supera las tres semanas de duración, convirtiéndose en uno de los más largos de la historia reciente.
Factor humano: la principal causa de los retrasos
De acuerdo con estimaciones de la FAA, en condiciones normales solo un 5% de los retrasos en vuelos estadounidenses se deben a problemas de personal. Sin embargo, desde el cierre del gobierno, esa cifra se disparó al 53%, un nivel crítico para la red aérea nacional.
El sitio especializado FlightAware registró más de 7.600 vuelos demorados durante el fin de semana, aunque la cifra bajó a menos de mil el lunes por la mañana. Las condiciones meteorológicas y el Gran Premio de Fórmula 1 en Austin también influyeron en las interrupciones.
Impacto económico y presión al gobierno
Las aerolíneas comerciales y los sindicatos de trabajadores advirtieron que la prolongación del conflicto podría tener efectos económicos severos. Las demoras impactan en la cadena turística, los negocios y la logística de mercancías, generando pérdidas millonarias por día.
Durante el cierre de gobierno de 2019, que se extendió por 35 días, el sistema aéreo enfrentó problemas similares, con ausencias masivas y cierres parciales en aeropuertos clave como Nueva York y Washington.
La FAA reconoce un déficit estructural de 3.500 controladores aéreos, situación que ya obligaba a implementar turnos extendidos antes incluso del inicio del cierre actual.