En una era donde las emociones muchas veces se esconden detrás de sonrisas forzadas o rostros neutros, un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania diseñó un dispositivo revolucionario que promete transformar el diagnóstico emocional y la salud mental.
Se trata de un sensor portátil, flexible y recargable, que se adhiere a la piel como una bandita y es capaz de identificar emociones verdaderas con más del 96% de precisión, incluso cuando una persona intenta fingir lo que siente.
Nuevo sensor que detecta emociones reales: ¿cómo funciona?
A diferencia de los métodos tradicionales basados en expresiones faciales, este dispositivo analiza señales fisiológicas clave como:
Temperatura corporal
Humedad de la piel
Frecuencia cardíaca
Niveles de oxígeno en sangre
Estas variables permiten construir un perfil emocional más completo, sin depender exclusivamente del rostro, que muchas veces puede ser engañoso.
Además, transmite los datos en tiempo real y de forma inalámbrica hacia la nube o un dispositivo móvil, sin recolectar información personal, lo que garantiza la privacidad del usuario.
Tecnología de precisión para leer al cuerpo
El sensor fue construido con una arquitectura de metales flexibles como platino y oro, moldeados en patrones ondulados que mantienen la sensibilidad al doblarse. También incorpora nanotubos de carbono para medir la humedad y cuenta con capas que protegen los sensores de interferencias externas.
Esta combinación permite monitorear múltiples métricas al mismo tiempo, generando un mapa emocional detallado del usuario, incluso en situaciones cotidianas.
Inteligencia artificial como herramienta para interpretar emociones humanas
Para entrenar la IA del dispositivo, los investigadores reclutaron a voluntarios que simularon expresiones faciales básicas como:
Felicidad
Tristeza
Ira
Miedo
Sorpresa
Asco
El modelo alcanzó una precisión del 96,28% al correlacionar gestos con señales fisiológicas. Luego, con emociones reales inducidas mediante videoclips, la precisión fue del 88,83%, validando su funcionamiento en contextos naturales.
El potencial de esta tecnología va más allá de la curiosidad científica: podría revolucionar la salud mental y la telemedicina. Según los investigadores, muchos pacientes con trastornos emocionales no logran expresar con claridad lo que sienten, ya sea por vergüenza o por dificultad para verbalizarlo.
Este sensor permitiría a terapeutas y médicos acceder a una lectura objetiva del estado emocional, lo que facilitaría diagnósticos más certeros y tratamientos personalizados, incluso de forma remota.
El nuevo sensor podría utilizarse en tratamientos médicos
Además del uso en salud mental, los científicos de Penn State y la Universidad de Xiamen anticipan otras aplicaciones:
Diagnóstico precoz en personas no verbales
Detección de demencia y trastornos neurodegenerativos
Monitoreo de enfermedades crónicas
Prevención de sobredosis por opioides
Análisis del rendimiento deportivo